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El Amor y el Trabajo

Publicado por Malena

Hay que cultivar el amor como una flor.

El Amor y el Trabajo

Una pareja estable requiere atención y aunque el paso de los años atenten contra esta necesidad y nos vuelva un poco indiferentes, es indispensable recordarlo para mantener el fuego encendido.

Las mujeres saben que para los hombres lo más importante en su vida es el trabajo, que algunos realizan con pasión; y que recién después están ellas, siempre que sus parejas no sean fanáticas de algún deporte, porque entonces ocuparían el tercer lugar.

Los que realizan su trabajo con pasión tienden a dedicarle todo su tiempo y su energía, ya sea para incrementar sus ingresos o mantener el standard de vida; porque les gusta hacerlo; porque son hiperactivos; porque son obsesivos y perfeccionistas; porque aspiran a un ascenso o bien porque no les gusta volver a sus casas, y esto ya es otra cuestión.

Los problemas de pareja debido a la compulsión al trabajo de los hombres, ocurren porque la mujer es muy diferente y le resulta muy difícil comprenderlo.

Las mujeres, por lo general, pueden tener el mismo interés en sus hijos, en su casa, y en su familia como en su profesión, cargo jerárquico o empleo y mantener el equilibrio; porque una mujer se puede diversificar y lograr atender con eficiencia todas sus responsabilidades con muy buenos resultados si se lo propone, tratando de cumplir con todo.

Los hombres son más limitados porque no tienen el mismo interés en la vida doméstica, principalmente por el hecho de saber que hay alguien que se ocupa y que asume el rol de la conducción del hogar.

Es importante que una mujer le de espacio al hombre en la casa ni bien comienzan a vivir juntos, sin necesidad de depositar en él la responsabilidad total del hogar, porque una vez que se han definido los modos de manejar la vida doméstica, ya será demasiado tarde para cambiar.

Los cargos de importancia en una empresa exigen dedicación exclusiva y muchas horas. Estas exigencias aumentan cada día, debido a la necesidad de elaborar y llevar a cabo estrategias que sean cada vez más eficaces para competir en un mercado cada vez más competitivo.

La demanda laboral es menor a medida que la pirámide se achica y los puestos de jerarquía resultan difíciles de mantener si no se entrega lo mejor de si mismo.

Por otro lado, la familia aumenta sus demandas y se acostumbran a un estilo de vida que cuesta mucho dinero pero que también exige mayor cantidad de tiempo para ganarlo.

En general, las mujeres que trabajan ganan menos y la razón puede no tanto ser debido a la discriminación sino al hecho que sus vidas están más condicionadas por el rol de la maternidad y la conducción del hogar, que no les permite priorizar el trabajo.

Tienen mayores necesidades emocionales que los hombres y pueden sentirse abandonadas e ignoradas si tienen un compañero que se dedica a trabajar en forma compulsiva.

El hombre tiene que saber hasta dónde debe llegar con su dedicación a sus actividades laborales y no perder de vista sus responsabilidades hogareñas, la necesidad del contacto y control de sus hijos y la atención a su mujer.

Cuando un hombre excede el límite y su rol en el hogar se convierte en una ausencia, la familia se acomodará a esa situación y dejará de ser incluido y considerado, perdiendo así la oportunidad de compartir la vida familiar, y su figura se tornará borrosa e indefinida para sus hijos que aprenderán a no darle la debida importancia a la familia.

Pero también puede ocurrir que la mujer no tolere esa situación y no esté dispuesta a pagar un costo tan alto por las comodidades y el lujo, y lo abandone.

Otro motivo relacionado con el trabajo que puede separar a una pareja es cuando la mujer gana más que el hombre.

El dinero proporciona poder y cambia a una personalidad, sea hombre o mujer.

Sin embargo, mientras el hombre con poder puede resultar atractivo a una mujer, la mujer con poder no resulta igualmente atractiva a un hombre.

Algunos hombres, pueden sentirse en una posición de inferioridad y llegar a perder su virilidad frente a una mujer poderosa, más rica o intelectualmente más desarrollada, si él no goza de la misma posición o si no es de una superior condición.