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Aportes en Orientación Vocacional.

Publicado por Lic. Maria V.

La orientación vocacional es un campo compartido, interdisciplinario, donde convergen varias vertientes. En principio la vertiente psicológica y la psicológica se destacan. La psicológica implica la resolución de conflictos propios, la indagación sobre uno mismo, la respuesta a dudas y las preguntas sobre las situaciones de crisis que atravesamos. La pedagógica tiene que ver con aprender y acceder a información que quizás se desconoce respecto de lo laboral y ocupacional.

Ademas de éstas hay muchos aspectos que inciden: lo social y lo económico ocupan un papel fundamental. Las influencias familiares y culturales, las presiones escolares y sociales en general afectan este proceso. Así como las posibilidades y limitaciones económicas, que también influyen en las oportunidades y elecciones.

La orientación vocacional, como proceso, tiene una función esencial en tanto es la posibilidad de brindar acompañamiento al sujeto en momentos de crisis evolutiva: la pubertad, la adolescencia y el ingreso al mundo laboral. Frecuentemente la atención psicológica en estas etapas tan importantes es insuficiente, cuestión que desencadena frecuentemente en deserción y fracaso estudiantil.

Por eso mismo el rol que ocupa la orientación vocacional excede a la mera elección de una carrera. Implica el acompañamiento a través de un proceso de descubrimiento, de desactivar mandatos familiares y sociales estancos, de poner en duda y criticar mensajes que se sostienen universalmente y permitirse explorar opciones diversas acordes a la subjetividad.

La Orientación Vocacional cumple, entonces, un deber en cuanto a la prevención: ya que invita a reflexionar sobre uno mismo, a explorar la personalidad y a aprender a elegir. Esto posibilita el desarrollo de herramientas que favorecerán el autoconocimiento y ,con suerte, prevendrán futuros conflictos.

A la vez, cumple un rol terapéutico: ya que aborda situaciones conflictivas, que exceden a la temática vocacional específicamente, comprometiendo a la personalidad toda y relacionándose con la identidad y los cambios.

Trabajar en el proyecto vocacional evidencia las problemáticas del sujeto, ya que se basa en su historia subjetiva. Manifestando complejos y problemáticas, y otorgando también la oportunidad de tratarlas.

De modo que en este proceso, el sujeto siempre está en primer plano. Se pueden aplicar técnicas proyectivas y psicométricas pero siempre en el plano de la subjetividad, donde cada evaluación es única y el vínculo con el orientador también es único y particular.

Es interesante pensar la orientación vocacional como un recorrido, un proceso, y no meramente como un resultado, un cuestionario, un análisis que concluya con una respuesta inequívoca. Se trata de un proceso que abarca al sujeto en su totalidad y que implica el descubrimiento de aspectos propios, el cuestionamiento y el diálogo con todo aquello que vaya surgiendo en el camino.

Las técnicas podrían ser comparables a lo que Winnicott denominó Objetos Transicionales. Son mediadores entre el sujeto consultante y el orientador. Forman parte de ese vínculo, y transcurren en ese espacio creado Entre ambos. Por eso no se pueden considerar técnicas objetivas y aisladas, sino que siempre se hallan contextualizadas en el vínculo particular.

Es recomendable realizar un proceso de orientación vocacional en la pubertad/adolescencia porque le brinda un espacio al sujeto para preguntarse, discernir y elaborar conflictos en una etapa evolutiva de crisis por excelencia, donde muchas veces estos espacios no se generan. Y al mismo tiempo le brinda herramientas para conocer aspectos de su personalidad, gustos, talentos e inclinaciones propias, pudiendo separarlas de  mandatos y condicionantes familiares y sociales.

 

Fuente: Qué es la Orientación Vocacional, por Marina Müller.