Celos y desconfianza en la pareja.
Los celos y la desconfianza son moneda corriente en muchos vínculos de pareja. Pero, ¿por qué ocurren? y, ¿cómo deben trabajarse?
No hay ningún plan universal de tratamientos que se puedan hacer para «erradicar» los celos y la desconfianza en las parejas. La única manera es trabajarlo en una terapia que aborde la problemática particular de esa pareja. Tanto las terapias individuales que puedan iniciar ambos miembros, como la terapia de pareja pueden ser un buen recurso para trabajar estas cuestiones.
Cierto grado de presencia de celos y desconfianza es comprensible. Nunca estamos totalmente seguros, ni del otro ni de nosotros mismos. La competencia y la comparación con otras personas, también puede aparecer en determinados momentos, sin que se constituya de por sí en un problema.
Además, es importante considerar que los celos y la desconfianza pueden ser una respuesta a experiencias pasadas. Por ejemplo, si una persona ha sido engañada o traicionada en una relación anterior, es posible que tenga dificultades para confiar en su pareja actual. En estos casos, es esencial trabajar en la superación de estas experiencias pasadas y en la construcción de una relación basada en la confianza mutua.
Pero en casos donde los celos y la desconfianza se manifiesten de manera insidiosa y recurrente es importante abordarlos porque atentan contra la salud de la pareja, y de ambos miembros. Uno de los asuntos más difíciles a abordar en las parejas son los conceptos de compromiso y responsabilidad, porque hay celos y desconfianza que aparecen como una reacción ante la falta de compromiso en la pareja, y se manifiestan como un mensaje de algo que es necesario escuchar.
El compromiso y la responsabilidad implican asumir el deseo de estar con esa otra persona, de acordar y dialogar lo que sea necesario, y de trabajar cuestiones propias que puedan obstaculizarla o dañarla. Si una persona se dice en pareja pero actúa como si estuviera sola, es en algún punto entendible que genere celos o desconfianza en la otra parte. Hay una falta, en este caso, de compromiso que los celos evidencian.
De una manera similar los celos pueden iniciar en momentos en que uno de los miembros está verdaderamente desconectado de la pareja. Por las razones que sea (asuntos laborales, emocionales, vinculares) no puede conectarse con su pareja, sexual o afectivamente o ninguna de las dos. Y este aislamiento puede desencadenar en el otro miembro celos y desconfianza.
Además, la comunicación es un factor crucial en la gestión de los celos y la desconfianza. Hablar abierta y sinceramente sobre los sentimientos y preocupaciones puede ayudar a prevenir malentendidos y a construir una base sólida de confianza. Es importante que ambas partes se sientan escuchadas y validadas en sus emociones, y que se esfuercen por entender y empatizar con los sentimientos del otro.
En estos casos es muy importante reflexionar sobre la participación de cada uno/a en el conflicto, porque muchas veces se adjudica el problema a quien manifiesta celos pero se invisibiliza la falta de compromiso y presencia de su contraparte.
En otros casos estos celos y desconfianza se instalan aún cuando la pareja está afianzada, y esto puede hablar de inseguridades profundas en la persona que lo experimenta, que suelen estar asociadas a su historia y a las maneras en las que ha aprendido o experimentado en relación al amor.
Los celos y la desconfianza pueden, a su vez, surgir como modo de manipulación y control. Generando culpabilidad en la otra persona, y utilizándolas como herramienta de dominación para restringir lo más posible sus libertades individuales. Esta es una clara forma de abuso y violencia psicológica.
Las parejas codependientes crean un vínculo en donde ambos miembros pretenden fusionarse en una unidad. Así, los espacios y vínculos individuales sufren gran deterioro, y, en muchos casos, se vuelven inexistentes. En este panorama, todo atisbo de alguno de los miembros por emprender o retomar un vínculo de espacio personal es percibido como amenaza, provocando celos y gran desconfianza en su compañero/a.
Los celos y la desconfianza frecuente nos indican que posiblemente haya algo de la posesión en juego. Representan, en algún punto, la necesidad de controlar, y pueden constituir signos de baja autoestima e inseguridad.
Al mismo tiempo, pueden surgir a partir de ciertos acontecimientos desencadenantes: alguna decepción, mentira u ocultamiento a partir del cual esa confianza previa se desmorona o se pierde.
Es muy importante entender que son muchas las razones que pueden llevar a que celos y desconfianza se manifiesten en una pareja. Y que todo lo que acontezca en ese vínculo implica, en cierto modo, la participación de ambos.
La responsabilidad de resolverlo los involucra, entonces, a ambos, en tanto puedan concientizar sus emociones, actitudes y conductas, y trabajar cuál es el rol que le corresponde a cada uno/a en esa dinámica.