Dificultades en la pareja durante el confinamiento.
El confinamiento puede acarrear conflictos y tensiones en las relaciones de pareja. Convengamos que en cualquier vínculo de convivencia, pero muchas veces en el de pareja es en el que más se siente.
Las ansiedades, temores y enojos que produce la situación de encierro son las principales causas de los conflictos en la pareja en este momento en particular.
La falta de espacio propio es otro de los problemas. Mientras en un estado de rutina normal, cada uno tenía acceso a espacios propios de dispersión, horarios de trabajo y actividades, ahora eso se ha fusionado a la vida con el otro en una convivencia absoluta. De modo que se genera, de algún modo, un estado de duelo por esos espacios perdidos y también una sensación de invasión del espacio personal.
Agregado a esto, se presentan las diferencias de opiniones acerca de como manejar las cuestiones que hacen al nuevo sistema: Salidas, higiene y autocuidado, que implican que muchas veces el grado mayor o menor de responsabilidad u obsesión de uno, le afecte al otro de manera inmediata.
Uno de los aspectos fundamentales sin duda en este caso, es el de poder generar, aún dentro de la convivencia absoluta, el respeto por el espacio de cada uno.
Es importante garantizar, que haya momentos del día en el que cada uno pueda hacer una actividad de disfrute, sin que el otro se entrometa o pretenda coartarlo. Más aún si se tienen hijos. Uno de los miembros de la pareja debería quedarse con los niños durante el rato que el otro necesite para su dispersión.
Estas condiciones benefician a la salud mental, ayudan a mantener la ansiedad más controlada y evitan que la convivencia termine socavando los vínculos afectivos.
Con respecto a las diferencias que se puedan presentar en decisiones del día a día, es importante poder reconocer la necesidad de cada uno, que a veces puede ser distinta a la del otro.
Así, en algunas cuestiones se deberá ceder, y en las que esto no sea posible, se debería acordar que esas tareas las realice específicamente aquel que las considera necesarias. De esta manera, no se entrara en un círculo vicioso para ver quién tiene razón.
Respetar los espacios y vivencias del otro, y concebirlas como distintas a las de uno, es una manera de sobrellevar la convivencia de mejor modo.
Gran cantidad de conflictos se generan porque hay límites que no se saben poner, espacios que se avasallan, y pretensiones de que el otro piense o sienta lo mismo que nosotros. Esto termina gestando experiencias de gran frustración que se traducen en discusiones y problemas de comunicación.
Dado que la situación actual puede potenciar este tipo de problemas, es que se considera indispensable estar al tanto de estas cuestiones y poder intercambiar acerca de estas temáticas con la pareja.
La situación que atravesamos es atípica, y nos confronta con la necesidad de replantear esquemas de convivencia y modos comunicacionales. Es el momento para establecer límites, desarrollar el autocuidado y el cuidado del otro, no solamente desde el punto de vista físico/médico, sino tambien desde el punto de vista afectivo y psicológico.