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Pesadillas durante el confinamiento.

Publicado por Lic. Maria V.

En períodos actuales de cuarentena y confinamiento, es muy frecuente escuchar la preocupación entorno a dificultades en el sueño, tanto insomnio como la presencia de sueños vívidos y pesadillas que interrumpen el descanso.

Específicamente las pesadillas tienen, desde tiempos remotos, muy mala reputación. Muchas personas se asustan si tienen pesadillas frecuentes e incluso temen que se trate, en muchos casos, de «premoniciones». Debemos, entonces, tener mucho cuidado en este punto.

Las pesadillas, como los sueños en general, son manifestaciones del Inconciente. Las situaciones estresantes de la vida, como la que vivimos actualmente, afectan nuestra vida psíquica en su totalidad.

El Inconciente se manifiesta a través de los sueños, permitiendo constituir mediante ellos una vía de expresión, haciendo que ciertos contenidos sean asequibles para la Conciencia.

Los sueños nos envían un mensaje sobre nuestra psiquis, que podemos tomar en cuenta para poder actuar en consecuencia.

Las pesadillas como sueños angustiantes, nos hablan precisamente de la ansiedad y angustia que estamos transitando. Tener pesadillas durante este período es absolutamente comprensible dado el contexto de temor e incertidumbre actual.

Vivimos rodeados de datos, de muertes, de avisos, de discursos plagados de miedo. Estamos enfrentados con las problemáticas que más angustia le generan al ser humano, y, al mismo tiempo, encerrados y separados del contacto social y afectivo que nos propiciaba contención. No es extraño que nuestro psiquismo sufra a causa de esto y que se manifieste de todas las formas posibles.

Cuanto más negamos, o intentamos ocultar nuestras emociones, tanto mas el Inconciente va a empujar por manifestarlo. Como hemos dicho en muchas ocasiones antes, cuanto más intentamos evitar lo que el Inconciente nos quiere decir, tanto más fuerte se hace, encontrando cada vez más vías de expresión.

De modo que una respuesta adecuada sería, en lugar de temer a raíz de nuestras pesadillas, observarlas como un mensaje de que hay un terreno afectivo que está buscando una vía de manifestación.

Favorecer, en la vida diurna, la aceptación de lo que sentimos, la comunicación emocional con alguien de confianza, la conexión con lo creativo, entre otras. Estas son oportunidades de expresar toda la ansiedad y la angustia que vivimos.

Las pesadillas nos muestran lo que tememos, nos muestran nuestra hostilidad y la de nuestro entorno. Son la expresión de todo aquello que queremos ocultar. Nos confrontan con los aspectos más oscuros. Son una oportunidad para visibilizarlo, para entender por qué o para qué está intentando expresarse.

Los sueños en general, además, son un modo de tramitar cuestiones que muchas veces no podemos metabolizar en la vida diurna. Gracias a los sueños estamos haciendo un proceso con aquello que resulta a veces excesivo para el psiquismo.

De modo que, lejos de considerar a las pesadillas como un problema, más aún en el contexto actual, debemos verlas como una herramienta reparadora y expresiva del psiquismo, que nos acerca la oportunidad de trabajar sobre cuestiones que están sucediendo en nuestra vida anímica.

Si las pesadillas o sueños vívidos son muy recurrentes y afectan la calidad del descanso, es importante consultar con un Psicólogo que pueda ayudarte a procesar todas estas manifestaciones y así, disminuir su intensidad.