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El arte en el contexto terapéutico.

Publicado por Lic. Maria V.

Hablamos ya anteriormente acerca de la creatividad, de la función de crear y su efecto terapéutico.

En este artículo ampliaremos la función del arte y el proceso creativo dentro de un espacio terapéutico.

El significado de crear implica la transformación. Esto es la manipulación, prueba, experimentación y mezcla con ciertos materiales o elementos que den como resultado de nuestro trabajo, un producto nuevo.

Creación propia que tiene un valor importante en tanto es una producción que no existía anteriormente a nuestra intervención y en tanto refleja aspectos de nuestros procesos internos.

La creatividad se asocia a la inteligencia humana, es una herramienta que encuentra soluciones alternativas ante procesos cotidianos, que encuentra la forma de expresar de una forma distinta a la convencional.

Crear y transformar lo externo produce un efecto en la persona misma. A través de esa experiencia se pueden atravesar procesos internos, encontrar respuestas, crear y pensar salidas alternativas.

Nos ayuda a generar cambios en los modos de hacer reproducidos hasta el momento.

La transformación en el mundo externo manifiesta un proceso análogo interior. Nos muestra que las cosas pueden ser de otro modo.

Desde la Teoría Psicoanalítica, el arte implica el poder de la Sublimación, que para Freud representa la pulsion desexualizada, pulsión que es orientada hacia un destino distinto al de la actividad sexual y que permite el despliegue artistico e intelectual.

Para Lacan, la función del Arte permite muchas veces un nuevo anudamiento, permitiendo que ciertas estructuras permanezcan sosteniéndose, sin desencadenamiento, como propone en el caso de Joyce.

Para Jung la psique tiene poder creador por naturaleza, y el proceso creativo esta intrínsecamente vinculado al proceso de individuación. En ambos, la esencia es la transformación, la metamorfosis.

Lo creativo posee gran conexión con lo inconsciente, y nos permite desplegar más de lo que planeamos voluntariamente.

La creatividad y la expresión artística tienen relación con el Juego, y no dependen de lo racional. A medida que avanzamos en la adultez, en general, se van perdiendo los recursos lúdicos que nos acompañaban en la infancia. Esto trae aparejados muchos conflictos, entre ellos una gran desconexion de los propios impulsos e intereses, provocando en muchos casos una excesiva adhesión u obediencia a patrones y exigencias sociales.

Para lograr el despliegue creativo se le debe dar lugar a la imaginación y la fantasía, muchas veces consideradas inservibles, o pérdidas de tiempo para las sociedades actuales. Las ideas provienen de ahí, y solo dejándoles lugar, por medio de actividades que permitan su despliegue se puede ayudar a desarrollar la creatividad.

Es por demás conocida ya la influencia positiva del recurso artístico en el plano terapéutico. El Arteterapia como disciplina, profundiza en esta función y posee cada vez mayor alcance.

Muchos casos de gravedad en Psicología han logrado estabilidad gracias a recursos artísticos. En casos de Psicosis o Autismo, por ejemplo, se transforma en una herramienta esencial.

Pero no solamente en estos casos. Como dijimos, lo creativo forma parte de todos los seres humanos, y si le damos espacio, siempre ayudará a lograr cambios y significara un recurso terapéutico.

Propiciar espacios de juego, propuestas lúdicas que permitan salir de las formas convencionales de hacer y pensar, estimular el dibujo, la escritura, o permitir la conexión con la música y el movimiento. Desarrollar historias, imaginar personajes o pintar de forma abstracta y libre sin un condicionamiento previo.

Todas estas formas y muchas otras, en tanto formen parte del espacio terapéutico y el vínculo con el paciente lo permita, enriquecerán el trabajo, nos brindarán información valiosa acerca de los recursos del paciente, y también le ayudaran a él/ella a descubrirse en distintas situaciones, con herramientas nuevas, pudiendo experimentar así su propia capacidad creadora, símbolo del cambio y de la posibilidad que tenemos de cambiar nuestra realidad.