Psicología
Inicio General, Psicoanálisis, Psicología Clínica Esquizofrenia: el diagnóstico y sus efectos.

Esquizofrenia: el diagnóstico y sus efectos.

Publicado por Lic. Maria V.

Esquizofrenia es un término acuñado por Bleuler en 1908, para denominar al cuadro antes denominado Demencia Precoz.

Está compuesto por el término “esquizo”, del griego «Schizo»: dividido, escindido. Y “frenia” del griego «phrenos», que significa Mente.

La descripción de mente escindida o fragmentada fue la caracterización que se consideró más relevante para nombrar estos casos.

La denominación anterior: Demencia Precoz, comenzó a ser cuestionado fundamentalmente por el término Precoz ya que muchos de sus desencadenamientos ocurrían en edades más avanzadas.

A partir de la aparición del término Esquizofrenia y hasta la actualidad los diagnósticos de este tipo acarrean todo el peso y el estigma de esta palabra imponente.

Con frecuencia funciona al modo de una «marca imborrable» muy difícil de conmover.

Estos cuadros están caracterizados, fundamentalmente por una gran apatía emocional y la presencia de delirios, sin sistematización y alucinaciones, fundamentalmente auditivas.

Para el Psicoanálisis lacaniano, este cuadro pertenece a la Estructura Psicótica en donde, según Lacan, el «Inconsciente está a cielo abierto», donde el Otro le habla directamente al sujeto, a traves de las voces.

Se presentan en estos casos Neologismos, que son palabras nuevas o con un sentido único para el Sujeto, no compartido por el sentido común.

Este criterio no compartido tiene relación, para Lacan, con la no inscripción del Edipo, de la ley paterna, dando como resultado una ley no instaurada que impide el sostenimiento de leyes compartidas socialmente.

El diagnóstico está asociado a la posibilidad de tramitación de un Certificado de Discapacidad y el funcionamiento familiar sostiene muchas veces esa posición de aquél con dicho diagnóstico.

Esto implica en gran medida la conformación de un círculo vicioso que muchas veces impide las posibilidades de mejora.

El sentimiento de inutilidad, la falta de ocupaciones y la postura de que no puede hacer nada por sí mismo, refuerzan la apatía inicial y dificultan el movimiento y la evolución.

Estos diagnósticos, si bien son necesarios, deben realizarse con extrema cautela y seguridad, ya que sus efectos son avasallantes: dejan marca, estigma social y familiar, que difícilmente se remueven.

De modo que podemos pensar, además de los síntomas y características propias del cuadro como tal, que el diagnóstico mismo tiene también sus efectos.

La noción de discapacidad y el funcionamiento familiar en torno a aquel diagnosticado puede potenciar los síntomas o impedir el desarrollo del sujeto.

Desde la perspectiva sistémica podemos pensar a la familia como un sistema. Sus elementos se resignifican y sus cambios o posiciones perpetúan o permiten el desarrollo de otros.

De esta forma, muchas veces el rol que ocupa la persona diagnosticada es un punto de fuga, que permite a la familia funcionar de cierto modo.

Los cambios y evolución en estos pacientes generan resistencia en el entorno, porque conmueven también las otras posiciones y roles, generándose muchas veces un efecto rebote, donde por momentos, nada de ese cambio parece aceptarse y rápidamente se busca retornar al statu quo anterior.

Las familias también reaccionan al diagnóstico, y por lo general se establece con rapidez el lugar de aquel miembro que ha sido diagnosticado, determinando muchas veces a partir de ahí, futuras predicciones o deducciones de lo que esta persona podría ser o no capaz de hacer.

Los diagnósticos, más aún los fuertes y determinantes como el que aquí nos ocupa, luego de ser otorgados, comienzan a generar un efecto en aquellos que rodean al sujeto.

Muchas de las conductas e ideas empiezan a interpretarse sólo como producto del diagnóstico, incluso aunque pudieran ser perfectamente acordes al sentido común o explicables desde otras causas.

Merece la pena preguntarse cuánto de dicha sintomatología corresponde realmente al cuadro y cuánto se le debe adjudicar al estigma resultante del diagnóstico.