Homeopatía y Alopatía
En la entrevista realizada por la Dra. Mónica Müller para la revista “Homeopatía para todos”, al Dr. Mario Draiman, Presidente de la Asociación Médica Homeopática Argentina (AMHA) y profesor titular de la Escuela de Post-grado de esa entidad; se aclaran algunos conceptos sobre la Homeopatía.
El Dr. Draiman confiesa que después de recibirse, su desconocimiento de la Homeopatía era total, debido a la escasa o ninguna información sobre esta disciplina que brinda la facultad de Medicina a los estudiantes.
Al comenzar a ejercer como médico alópata, consideraba verdades absolutas los conocimientos de la medicina tradicional con un punto de vista exclusivamente organicista del ser humano.
Con el tiempo, esta práctica lo decepcionó, porque se dio cuenta que las cosas no eran como las había imaginado.
Ejercer la medicina le parecía una tarea rutinaria con escasa o nula consideración hacia el paciente como ser humano.
Hasta que un día se enteró, que uno de sus pacientes de edad avanzada, que estaba aquejado de un bronco enfisema avanzado e insuficiencia cardiaca, y al que había recomendado internación inmediata por su gravedad, se había mejorado con un tratamiento homeopático hasta el punto de encontrarlo lo más bien, a los pocos días, sentado en la puerta de su casa.
Esa evidencia le bastó para anotarse en el primer curso de la Asociación Médica Homeopática Argentina (AMHA) y adoptar desde entonces a la Homeopatía como su ideal de medicina.
La Homeopatía se basa en el principio de similitud, o sea que administrándole al enfermo dosis infinitesimales de medicamentos que le producen los mismos síntomas, lo curan.
Por el contrario, la alopatía o medicina tradicional, utiliza medicamentos cuya composición química suprime los síntomas; por ejemplo: antitusígenos, antidiarreicos, antialérgicos, antiespasmódicos, antidepresivos, etc.
La diferencia más importante de estas dos formas de curar es el concepto de enfermo y de enfermedad.
La Homeopatía considera al paciente como una unidad compleja que se enferma cuando sufre un desequilibrio bioenergético provocado por elementos que resultan nocivos para su salud; o sea problemas afectivos-emotivos como el sufrimiento, las pérdidas, el miedo, el odio, el rencor, etc.
Para el homeópata es indispensable entender el problema existencial del paciente para lograr la cura.
La alopatía en cambio, divide al individuo en partes y las estudia por separado, entendiendo a la enfermedad como una afección que lo ataca desde afuera, siendo su función liberarlo de ella.
El paciente que consulta a un homeópata es alguien que el médico tiene que comprender y estudiar como una totalidad psicofísica y no solamente conocer sus síntomas.
Los homeópatas unicistas recetan un remedio por vez, pero además escuchan a sus pacientes; y posteriormente deben realizar un seguimiento hasta lograr su completa curación.
La curación homeopática es de adentro hacia fuera o sea atienden el desequilibrio emocional interno hasta restablecer el bienestar físico, psíquico y social y hacer desaparecer el síntoma.
Como todo conocimiento, puede ser complementado con otras terapias, generalmente debido a las limitaciones del homeópata.
Los remedios homeopáticos no tienen contraindicaciones y son compatibles con cualquier otro medicamento, cuyos efectos incluso puede potenciar.
Fuente: “Homeopatía para todos” publicación de la Asociación Médica Homeopática Argentina. No.41, 2009