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Inmigrantes Ilegales

Publicado por Malena

Inmigrantes ilegales

En los comienzos de la humanidad los hombres fueron nómades. Vivían en grupos, se guarecían en cavernas naturales y las abandonaban cuando a su alrededor ya no encontraban recursos para su supervivencia.

Esa lucha todavía no ha terminado, y cuando se hace imposible seguir viviendo dignamente en un lugar, aunque éste sea donde uno ha nacido, la gente decide trasladarse a otros sitios con la esperanza de mejorar sus condiciones de vida.

Los países ricos rechazan a los inmigrantes pobres, porque representan una carga que pone en peligro su bienestar, y es por eso que en las fronteras se viven escenas aberrantes donde la gente que desea ingresar es rechazada.

Muchos han perdido la vida en ese intento, principalmente los que no contaban con los recursos necesarios como para emprender el viaje con cierto margen de seguridad.

Pero ingresar no es el mayor problema, porque también pueden ser detenidos cuando ya están trabajando como ilegales, con un salario más bajo. En ese caso, son deportados a su país de origen, separándolos de sus familias, sin importar que sus hijos hayan nacidos o no en el país de adopción.

Mientras tanto, la población también los segrega y algunos acusan a los indocumentados de “robarles” sus empleos, denunciando a los empresarios que les dan trabajos para reducir sus costos.

Los gobiernos no se sienten responsables de los dramas particulares de los que decidieron anclar en sus países sin permiso, y defienden a sus ciudadanos, muchas veces con fines electorales, sin demasiada convicción ya que la mano de obra barata no abunda.

Es cierto también que la gente que emigra a veces no tiene posibilidades de trabajar en su propio país por no tener capacitación de ninguna clase, y eligen el camino que creen más fácil; y en lugar de intentar adquirir algún conocimiento que los habilite a trabajar con cierto grado de calificación en el lugar donde nacieron, resuelven embarcarse en una aventura riesgosa que no les asegura un trabajo digno sino una especie de esclavitud, a cambio de incorporarse a otra cultura que les exige aprender otro idioma y que en definitiva nunca los llegará a integrar definitivamente.

Nuestro país, Argentina, goza del privilegio de ser hospitalario. Tanto los gobiernos como la mayoría de los ciudadanos han aceptado a miles de inmigrantes que han buscado su porvenir en esta tierra. Ha sido y es solidario con todas las razas, que tienen la ventaja de poder integrarse sin dificultades en corto tiempo.

Es un signo de evolución de conciencia, probablemente por ser un país cosmopolita, cuya población está constituida por descendientes de todas las razas y nacionalidades y que por esta razón no hay desarrollado un sentimiento sólido de identidad propia, que es el que en definitiva segrega al que es diferente.

Esta característica de nuestra identidad como nación, lejos de representar algo negativo se torna en decididamente positivo y nos ubica a la vanguardia en un mundo donde la globalización nos convierte a todos en ciudadanos del mundo.