Psicología Educativa
Es orientación para la vida la psicología educativa
La Psicología es una ciencia que no solamente se ocupa de problemas de comportamiento o el tratamiento de las neurosis sino que tiene también un objetivo educativo para la salud mental.
La Psicología Educativa trata de difundir los modos más saludables de atravesar las distintas etapas de la vida desde el nacimiento hasta la vejez.
Cada etapa del desarrollo puede provocar dificultades de adaptación, porque aunque la vida es movimiento y cambio, los seres humanos se aferran a las cosas y a las personas y también a su esquema corporal.
Todos pretendemos mantenernos jóvenes, principalmente porque vivimos en una sociedad que discrimina a la gente mayor. Muchos se niegan a aceptar el paso de los años y pretenden disimular los estragos que inevitablemente produce el tiempo.
La gente joven cree que nunca va a ser vieja y además, como no se pueden proyectar en el futuro piensan que todavía falta mucho para preocuparse.
Cada etapa del desarrollo humano tiene sus ventajas y sus desventajas porque no existe nada en este mundo que no presente esos dos aspectos.
Algunos compadecen a los mayores sin saber que en esa etapa la mayoría consigue un estado de plenitud que muchos envidiarían.
Si la persona es equilibrada, se siente bien por nada, sin ir a ningún lado, sin la compulsión de distraerse, sin necesidad de estar siempre acompañado ni de prender el televisor. Se aprende a estar consigo mismo, a vivir cada momento, a observar detenidamente las cosas. Por eso su paso se torna pausado, sus movimientos son lentos y se toman su tiempo para todo, independientemente del estado físico en que se encuentren.
Observar a algunos ancianos nos enseña a vivir. Logran tener su propia filosofía de la vida extraída principalmente de sus experiencias, porque recién cuando una persona llega al ocaso de su vida se da cuenta de que todo tiene un sentido.
Solamente en la madurez se puede comenzar a dar importancia a las cosas pequeñas de todos los días, porque la juventud sólo pretende hacer algo grande.
La Psicología educativa educa a los padres que no conocen la importancia de su comportamiento con respecto a sus hijos ni las consecuencias que pueden ocasionar algunas actitudes que ellos creen inocentes.
En estos momentos, cuando existen tantas parejas separadas, muchas madres duermen con sus hijos varones pensando que es normal hasta que comienzan a observar la atracción sexual que provocan en sus hijos preadolescentes. El hecho de ser la madre no impide que un niño se sienta atraído sexualmente; por esa razón hay que evitar todo comportamiento que lo provoque.
Algunos padres no conocen las consecuencias que provoca su ausencia cuando sus hijos se ven privados de esa imagen paterna.
Los psicólogos pueden ayudar a las personas en las distintas etapas de la vida, formulando alternativas, señalando los errores que producen sufrimiento y orientando hacia el desarrollo del potencial de cada uno.
En el caso de los psicólogos, tienen la oportunidad de hacer su propio autoanálisis mientras cursan la carrera. No quiere decir que no vayan a cometer errores ni que podrán evitar el sufrimiento, pero es más consciente de sus actos y de las consecuencias.
Los niños son como esponjas emocionales que absorben todo posible desequilibrio que ocurre a su alrededor y lo expresan de distintas maneras.
Las experiencias de abandono son más devastadoras que la sobreprotección, produciendo atrasos en el desarrollo, dificultades en el aprendizaje, problemas de conducta, hiperactividad, enuresis, falta de atención, rebeldía, conductas antisociales y adicciones.
Actualmente se observa un aumento de trastornos de alimentación en los niños, que se manifiesta con obesidad y también con anorexia. Ambas afecciones están relacionadas con el stress emocional y con estados depresivos.
La velocidad en la actividad diaria y el exceso de ocupaciones producen stress en los niños que además de asistir al colegio doble escolaridad, pueden verse obligados a tener clases extras de inglés, danza, deportes, etc.
Esta condición crea en los niños un estado de ansiedad que perdura a través de los años como un modo de respuesta habitual frente a las experiencias de la vida.
Tener conciencia de nuestros actos previene graves dificultades en el futuro.