La Idea de Suicidio
La idea de suicidio es un síntoma de depresión y debe ser motivo suficiente para consultar con un terapeuta. La depresión es la enfermedad actual más difundida en el mundo.
En sociedades altamente desarrolladas, atravesar la etapa adolescente es difícil porque la transición desde la niñez a la juventud es un rol social indefinido, se es demasiado joven para ser adulto y demasiado grande para ser niño, el cuerpo cambia, las necesidades sexuales se acentúan, se siente una sensación de extrañamiento por el propio cuerpo y una gran dificultad para descubrir la propia identidad.
Según el carácter, un adolescente se puede sentir aislado, incomprendido e insatisfecho con su esquema corporal, no ser capaz de proyectarse en el futuro y sólo desear estar con sus pares y parecerse a ellos.
Algunos adolescentes, se inclinan a pensar en la muerte como una solución para sus problemas, sin darse cuenta que vivir es una oportunidad y que lo que sienten en esa etapa de sus vidas es normal y circunstancial y que podrían sentirse mejor asumiendo otra actitud, aceptándose como son y dejando de creer que para ser amados y aceptados tienen que ser como los demás.
Cada persona en el mundo es única y diferente y la adolescencia es la etapa de la búsqueda de la identidad y del sí mismo, el momento de introspección que todos necesitan para saber quiénes son, cómo es su mundo y hacia dónde van.
Cada uno de nosotros sabe que hay algo que puede hacer mucho mejor que las personas que lo rodean y que cuando lo está haciendo pierde la noción del tiempo. Eso precisamente es lo que toda persona tiene que hacer en la vida, lo que más le gusta y lo que a la vez le permite participar en su medio ambiente.
La búsqueda del sentido de la vida es intransferible, porque es algo personal que todos tenemos que hacer principalmente en la adolescencia, porque la vida adquiere sentido cuando tenemos la esperanza de poder realizarnos como persona única.
De hecho es la esperanza en la realización personal la que le da sentido a la vida, independientemente del éxito que se tenga; porque el éxito externo depende de las modas y de los intereses generales que por lo general difieren de los personales.
Muchos exitosos se ven obligados a tener una vida personal miserable para poder responder a las expectativas de los demás, viviendo esclavos del marketing, presionados y exigidos por sus representantes y para no perder la popularidad.
Para poder soportarlo tienen que recurrir a estimulantes, tranquilizantes o sedantes y muchos se suicidan a pesar de ser adorados, asediados y endiosados por el público y envidian a la gente común que puede ir por la calle sin que los molesten los admiradores fanáticos.
No pueden estar seguros de ser amados como personas y difícilmente pueden mantener una relación por mucho tiempo ya que las exigencias del trabajo los obliga a viajar continuamente, a vivir en hoteles, lejos de sus familiares y amigos y a sufrir la soledad y el desarraigo.
La idea de suicidio surge por no poder aceptarse a sí mismos, por rechazar el esquema corporal, las condiciones de vida y la familia; por vivir aislado creyendo que se tiene que ser diferente y tener tal o cual cualidad para ser querido.
Para ser aceptado y amado es necesario primero aceptarse y amarse a uno mismo, respetarse y estimarse reconociendo las propias cualidades y haciendo mérito; mejorando el carácter, siendo optimista, y tratando de entender a los demás poniéndose en su lugar.
El mundo es de las personas fuertes y de los que están dispuestos a enfrentar sus miedos; de los que son capaces de reírse de sí mismos sin compararse con otros sino con su Ser verdadero que internamente está esperando desarrollarse y crecer.