Combatir la Ansiedad
El miedo a la libertad produce ansiedad
La ansiedad es un estado de inquietud difuso e inexplicable que la mayoría de las veces no se puede justificar.
No se trata de temor a algo concreto externo sino que expresa conflictos emocionales internos.
La persona se siente amenazada por algo de naturaleza irreal que además no es capaz de enfrentar.
La persona ansiosa puede haberse condicionado en épocas muy tempranas y puede continuar siendo ansiosa en la etapa adulta. Se convierte entonces en una característica de su modo de ser que dominará todas sus acciones y que la convertirá en candidata para sufrir estrés.
La ansiedad se puede revertir y así como aprendimos alguna vez a responder con ansiedad, podemos aprender a vivir de una manera más equilibrada y relajada y mejorar nuestra calidad de vida.
Las personas ansiosas son rápidas, están siempre apuradas, no les alcanza el día para todas las actividades que quieren desarrollar y hacen dos o tres cosas al mismo tiempo.
No se sientan para comer, tragan los alimentos enteros sin saborearlos y en consecuencia suelen sufrir de dispepsia, indigestiones, meteorismo, colon irritable, etc.
El ansioso también apura a todos los demás a su alrededor. Los lentos lo ponen nervioso, cuando manejan empujan al auto que va adelante con bocinazos, atropella cuando camina, y no se puede quedar quieto.
Son los que balancean las piernas cuando están sentados o tamborilean sus dedos sobre la mesa; los que responden antes que le hagan una pregunta, los que se adelantan a los acontecimientos y los que huyen para adelante.
Los ansiosos tienen un problema con el control y cuando temen perderlo pueden tener ataques de pánico. Por eso es común que teman viajar en ómnibus, aviones o trenes porque no conducen ellos, y porque son desconfiados y omnipotentes.
El yoga es una práctica aconsejable para comenzar a cambiar la actitud hacia las cosas. Las técnicas de relajación y concentración ayudan a fijar la atención y a evitar dispersarse.
La ansiedad no los deja ver los detalles y disminuye su capacidad de observación. Una persona ansiosa puede ser capaz de entender rápidamente pero también de olvidar fácilmente y posteriormente no poder explicar adecuadamente lo que entendió.
Si Ud. padece de ansiedad, comience hoy mismo a hacer algo. Desde que se levanta, realice todas sus rutinas diarias más lentamente, observando todo a su alrededor además de los elementos que utiliza y poniendo atención a las cosas que hace.
Otorgue mucha importancia a todo, porque todo tiene su nivel de importancia, y contribuye a su bienestar, principalmente las comidas, el aseo, el orden y su arreglo personal.
Siéntese para comer y coma despacio masticando todo alimento más de veintiocho veces. Ponga un cartel a la vista para acordarse de comer lentamente.
Reserve una hora por día para usted mismo y salga a caminar. Una hora de caminata le sirve para relajarse y mantener su peso sin hacer dietas estrictas. Observe cuando camina a la naturaleza, los árboles, los pájaros, el color del cielo y detecte día a día los cambios
Aligere su agenda y aprenda a decir que no. Hay una gran diferencia entre ser egoísta y tener amor propio. El amor propio es el respeto por uno mismo y las propias necesidades; y el egoísmo es usar a las personas para beneficio propio.
El que ayuda a los demás y se olvida de sus necesidades puede desarrollar estrés, depresión y tener ansiedad. Se puede dar pero se debe aprender a recibir de la misma forma.
Haga lo que le gusta lentamente, disfrutando del proceso y sin comprometerse con los resultados, porque si se concentra sólo en los objetivos, esta actitud le generará ansiedad.
No descarte asignaturas pendientes y aproveche las oportunidades para concretarlas. La competencia sana nos impulsa a enfrentar nuevos desafíos siempre que no se convierta en una lucha con el otro.
El afán de sobresalir, de ser el mejor, de tener éxito, genera ansiedad porque se basa en el compromiso con los resultados.
Cuando la competencia es con uno mismo es más sana, porque el verdadero desafío es competir contra el propio potencial.
Según la medicina Ayurvédica, un vaso de leche tibia con azúcar calma la ansiedad de las personas con característica de personalidad emocional.