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Depresión y Estrés

Publicado por Malena

¿Está primero la depresión y luego el estrés o es al revés?

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Las estadísticas indican que en Europa la venta de antidepresivos se duplicó entre los años 1994 y 2004; estas cifras son elocuentes y comprueban que esta afección es un mal que aumenta día a día afectando la vida personal, y la capacidad laboral de una persona.

La depresión endógena es una enfermedad que expone al que la padece a un peligro de muerte porque la tendencia del depresivo lo lleva a quitarse la vida.

La civilización humana ha llegado a un punto de desarrollo tecnológico e industrial que obliga a la gente a un incontrolable afán de consumo.

El depresivo manifiesta, entre otras cosas, desinterés por todo, no puede conectarse con nada que lo entusiasme y pierde el gusto por las cosas, en una sociedad que lo invade con innumerables opciones con sólo hacer un click en su computadora.

Mientras tanto los científicos continúan investigando sobre la química de la tristeza.

El cuerpo humano posee un mecanismo autorregulador que permite que al experimentar una situación de dolor la tristeza que lo invade desaparezca en poco tiempo, pero a las personas depresivos este mecanismo no les funciona.

Los estudios realizados han demostrado que en el sistema límbico, responsable de las funciones emocionales más arcaicas, existen áreas alteradas en los casos de depresión.

En el hipotálamo comienza el sistema hormonal del estrés y cuando los receptores reciben valores extremos, se eleva el porcentaje de suicidios de personas que sufren depresión.

El estrés producido debido a la ocurrencia de una situación inusual de peligro, como podrían ser un asalto, o un salto en paracaídas o un accidente; normalmente aumentan en forma automática los niveles de hormonas CRH y Cortisol de las células receptoras para aumentar la capacidad defensiva del sujeto, pero luego de pasado el peligro estos niveles bajan.

En los depresivos aún no se sabe cuál es la causa que les produce la elevación de esos niveles sin estar frente a situaciones de peligro.

Los científicos están abocados a la tarea de desarrollar un fármaco que bloquee el paso de las hormonas del estrés a los receptores, que además no tenga efectos colaterales, como los antidepresivos actuales; y actúen en forma más rápida.

Pero la pregunta clave es: ¿cuál de las dos manifestaciones se produce primero, la depresión o el aumento de hormonas de stress por una causa aún desconocida?

A la luz de las características de las sociedades modernas actuales se puede inferir que el hombre está perdiendo el sentido de su vida tanto a nivel psicológico como espiritual, de modo que a mi entender el estado depresivo estaría primero.

El hombre antiguo era sometido continuamente a niveles altos de estrés en su lucha por la supervivencia, sin embargo, la depresión no era la enfermedad que los mataba. Durante la guerra, en los campos de concentración, la gente era sometida a condiciones de vida extremas, pero sus reacciones solían ser de aceptación o agresivas más que depresivas.

Se observa que las dificultades que enfrenta cualquier persona normal no la lleva necesariamente a renunciar a la vida sino que representan un desafío, que si logra vencer aumenta su confianza y su autoestima.

El miedo está relacionado con la depresión y uno de los síntomas característicos son las fobias.

El miedo es una emoción instintiva normal que también sentimos frente a un peligro inminente.

El depresivo vive en forma permanente con un sentimiento de peligro de muerte inminente, sus fobias lo comprueban; y esta puede ser la causa de su permanente elevado nivel de hormonas CRH y Cortisol en sangre que a su vez retroalimenta la depresión.

La búsqueda del sentido de la vida es algo personal que es necesario identificar sin confundirse ni alienarse en los modelos sociales que obligan a hacer esfuerzos inútiles para tener cosas que no se necesitan.

Tal vez la depresión masiva sea un signo de evolución humana, necesario, para que cada uno tome conciencia de cuál es el propósito de su existencia.