La Obesidad y la Longevidad
El que come en exceso acorta su vida y se transforma en obeso.
En la actualidad, a pesar de todos los problemas de la vida moderna, cada vez más personas llegan a cumplir los cien años gozando de una buena calidad de vida.
Casi no nos sorprendemos cuando nos enteramos que alguien de más de ochenta años haya publicado por primera vez un libro o pintado su primer cuadro y además haya recibido por su trabajo valiosos premios.
Sin duda con la vejez viene la sabiduría y la vida se puede disfrutar viviendo en forma más genuina, liberados por fin de las pesadas y tediosas cargas de las obligaciones.
Las personas muy longevas no suelen ser obesas, ni tampoco demasiado delgadas; en general tienen un peso normal y se destacan por haber vivido una vida con significado y con hábitos moderados.
La obesidad agrava las disfunciones propias de la vejez que pueden deteriorar el organismo más rápidamente y provocar la muerte; además de incrementar las posibilidades en edad avanzada de contraer cáncer, diabetes, hipertensión, cardiopatías, etc.
Sin emplear métodos costosos, ni tomar nutrientes adicionales, ni realizar tratamientos sofisticados, todas las personas pueden prolongar su vida de diez a veinte años, solamente adquiriendo hábitos saludables y cuidando su alimentación.
En los alimentos se puede encontrar todo lo que necesita un organismo para mantenerse sano y fuerte y también para enfermarse o adquirir sobrepeso; de manera que son nuestras elecciones las que pueden en gran parte prolongar o acortar el proceso de la vida.
Elegimos los alimentos según nuestro gusto y su costo, muchas veces sin tener el conocimiento indispensable sobre sus nutrientes o valores calóricos.
Los alimentos más convenientes son los que tienen mayor cantidad de principios protectores para la salud, nutrientes como hidratos de carbono de absorción lenta que contengan fibras; proteínas; calcio y grasas insaturadas, o sea no procesadas y que contengan vitaminas, minerales, antioxidantes y fitoquímicos, (que son elementos que se encuentran en los vegetales), cuyo valor calórico no favorece el sobrepeso si se consumen con moderación.
Se puede decir que el gran secreto para mantener un peso ideal es adquirir el hábito de comer pequeñas cantidades en forma más frecuente, no dejando espacios de tiempo muy prolongados entre cada ingesta.
La obesidad es una enfermedad cuando el acto de comer se convierte en una adicción.
La obsesión por la comida se puede transferir a otra actividad igualmente placentera que ayudará a mantener la atención en otra cosa que no sea llevarse algo a la boca; porque cuando hacemos lo que nos gusta perdemos la noción del tiempo y hasta nos olvidamos de comer.
La obesidad por lo tanto es el resultado de la adicción a la comida, que cuando no se controla se transforma en un suicidio lento.
Para cambiar, lo primero que se necesita es prestar atención, o sea darse cuenta que se tiene sobrepeso, luego debe existir la intención de bajar de peso y cambiar de hábitos y estilo de vida.
Se debe elegir una dieta que resulte placentera, asistir a algún grupo de apoyo, moverse más, de cualquier manera, ya sea caminando, haciendo gimnasia o bailando y aparte desarrollar algún interés específico que logre convertirse en una verdadera pasión.
Hay que lograr transformarse en otra persona, una nueva versión del si mismo, más delgada y el mundo alrededor también cambiará.
Porque todos tenemos el poder de cambiar el mundo si cambiamos y de hacer de nosotros mismos lo que queremos.