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El Sometimiento

Publicado por Malena

Hay personas que se someten a la manipulación de otros, se convierten en sus víctimas y viven quejándose y soñando con liberarse de esa influencia. No saben que antes de vencer a quien las manipula tiene que dejar de sabotearse y vencerse a sí mismas.

Es difícil deshacerse de un manipulador, porque tanto él como el sometido se necesitan mutuamente; el primero porque no quiere perder el poder y el segundo porque tiene miedo y se siente inseguro.

El manipulador, como cualquier depredador, arrincona a su víctima y la aísla de quienes la quieren liberar.

Las personas que viven sometidas reiteran una y otra vez el mismo patrón de comportamiento con todas las relaciones creando el mismo tipo de vínculo.

El comienzo del sometimiento puede haber empezado a edad temprana con sus relaciones familiares y luego continuar aceptando el rol de sometimiento con sus parejas.

Estas personas se someten a los caprichos de otros porque no tienen confianza en ellas mismas, son demasiado adaptadas e inseguras; nunca protestan porque tienen miedo de ofender y quieren quedar bien y agradar; no pueden tolerar el rechazo porque temen no ser amadas, tienen poca resistencia a la crítica y escasa tolerancia a la frustración; son indecisas, necesitan la aprobación de los demás; son muy vulnerables y sensibles, no pueden decir que no, se sienten culpables y creen que los demás siempre tienen razón; se sienten insatisfechas, con baja autoestima y no pueden poner límites.

Los manipuladores pueden actuar con sutileza o ser autoritarios y violentos; utilizan el doble mensaje que es ambiguo y causa confusión y la técnica de los malos entendidos para fomentar la duda y luego poder descalificar a sus víctimas y echarles la culpa.

Manejan con el silencio y con el temor, niegan la comunicación y pueden apelar a la violencia física.

El manipulador seduce y le quita la energía a su víctima; es el que tiene el control y el poder.

La ingenuidad puede llevar al sometimiento; son los que creen todo lo que les dicen los demás sin cuestionar nada porque siempre están dudando de sí mismos.

Las personas que se someten tienen enfermedades psicosomáticas, sienten que se ahogan, que no pueden digerir, que les duelen las articulaciones.

Son aquellas que deambulan por los consultorios de todos los especialistas que no logran hacer un diagnóstico, porque el problema no es físico sino sentirse atrapadas en una situación que creen sin salida.

Hay muchos que aceptan el rol de sometimiento por distintos motivos, a veces el económico es el que consideran el más importante, porque huir de un manipulador puede implicar cambios de estilo de vida y enfrentar la inseguridad y las privaciones.

La manipulación hoy en día es una forma de sobrevivir, porque parecería que el que no se impone y manipula se tiene que someter.

Cuando el manipulador está en la familia lo que hay que abandonar es el campo de batalla, luego el que habitualmente se somete tiene que aprender a mantenerse firme en su convicción, confiar en sí mismo, no dudar y arriesgarse a tomar decisiones aunque se equivoque.

Los manipuladores se complacen en rebajar a sus víctimas de distintas maneras, apelando a sus conocimientos y haciéndolos quedar como ignorantes, seduciéndolos, con autoritarismo, haciéndose el simpático, tergiversando los hechos, confundiendo y hasta enfermándose.

No siempre el manipulador se da cuenta que está manipulando ni el manipulado se da cuenta que es su víctima.