Orgasmo femenino: ciencia, cientificismo y psicoanálisis
Es importante, dados los tiempos que corren, donde todo lo que se llama “ciencia” justifica múltiples operaciones en los sujetos, diferenciar lo que es ciencia de lo que en “cientificismo”.
Para esto tenemos que situarnos en el contexto y en la época que nos toca vivir y trabajar como psicoanalistas. Cientificismo es un término que indica la tendencia a confundir los métodos de la ciencia con la ciencia misma, y a extender incesantemente su aplicación al campo de lo humano.
Vayamos a un ejemplo: el orgasmo femenino. Hace un tiempo miraba en Argentina uno de estos programas del Discovery Channel (o alguno similar) que mostraba un informe sobre el orgasmo femenino, cómo funcionaba neuronalmente el orgasmo en la mujer, sometiendo a una de ellas a introducirse en una máquina con electrodos en su cabeza que estaban a su vez conectados- por supuesto- a un ordenador con el cual leían y medían los efectos neuronales del orgasmo. Así, intentaban abordar la problemática de la anorgasmia y encontrarle una cura, que además llevaría obviamente a una terapéutica medicamentosa apropiada para esa disfunción neuronal.
Bueno, está más que claro, y me parece muy pertinente el ejemplo, si nos remitimos justamente a la temática de la feminidad. Una paciente con un síntoma de anorgasmia va al médico. Este, gracias a los aparatos tecno-científicos que la época nos ofrece, mide su déficit y medicaliza el síntoma, a la vez que lo calla.
Si esta misma paciente recurre a un analista, el tratamiento será muy diferente. En principio se pondrá en forma ese síntoma, haciendo hablar a la paciente; para constituirlo como síntoma analítico propiamente dicho.
Mientras tanto no hay que olvidar dos cosas importantes en esta discusión:
Una, que Freud mismo advirtió sobre la necesidad de mantener al inconsciente en el campo analítico y rechazar las tentativas de transportarlo a otros campos.
Y otra, el hecho de que el ideal de la ciencia en el que Freud se inspiró, no le impidió jamás referirse al mito para elaborar los puntos sobresalientes de su teoría y centrar la lógica del inconsciente alrededor de una falta, una falta original constitutiva (castración). Tampoco le impidió considerar la hipótesis de un “Más allá del principio del placer” para aproximar el lado oscuro del síntoma y su repetición.
Es así que tenemos en este punto una cuestión epistemológica, y aquí se podría resumir la crítica epistemológica de Lacan, a partir de poner en relación dos perspectivas diferentes sobre el inconsciente:
Por un lado, la tendencia cientificista que refuerza la idea de “función” por medio de los modelos y aparatos de medición que se traducen en la gestión “tecno-científica” de aquello que perturba, que no anda, que molesta, es decir, lo sintomático; la medición, la estadística, tests, evaluaciones, etc.
Por otro lado, el psicoanálisis, que por la vía del saber supuesto, pone a prueba a través del desciframiento del síntoma, cada idea de funcionamiento, los pone a prueba a esos síntomas, hasta que fallan…para qué le sirve a un sujeto particular su síntoma? (beneficio secundario de la enfermedad del que hablaba Freud)
¿Puede apreciarse esta diferencia ética? ¿Puede leerse la idea de lo que es ir en contra del síntoma e ir a favor del síntoma? ¿La diferencia entre hacer callar al síntoma y hacerlo hablar?
FUENTE: Recorrido de Lacan, de J-A Miller