El Miedo
¿Por qué hay tanta gente que tiene miedo? ¿Por qué muchos parecen estar esperando que ocurra una catástrofe? ¿Por qué el miedo a morir nos impide vivir?
Los miedos son como parásitos que se multiplican y nos enferman, porque la mente vive preocupada y concentrada en defenderse de los supuestos peligros que la acechan.
El miedo básico es el temor a la muerte, cuando el hombre se identifica sólo con su cuerpo y teme perderlo.
Sólo en el presente estamos seguros, porque cuando la mente piensa en el futuro aparece el miedo a la pérdida de la vida.
En este preciso instante tendríamos que estar disfrutando de la experiencia de estar vivos, pero de pronto, la mente nos juega una mala pasada, como si fuera incapaz de vivir intensamente este aquí y ahora, se dispara hacia el terreno de las posibilidades futuras y nos doblega con el fantasma de los miedos.
Todos sabemos que algún día moriremos, pero no ahora. ¿Qué beneficio nos reporta adelantarnos en el tiempo y sufrir por nuestra desaparición física antes que sea el momento?
Cualquier cosa nos puede ocurrir en el futuro, pero hoy estamos aqui y eso es lo que realmente importa, no todo aquello que eventualmente podría pasarnos, el día menos pensado.
Tenemos miedo de quedarnos solos, de sufrir privaciones, de que nos despojen de nuestras pertenencias, de que no nos amen, de enfermarnos y de morirnos; y como pretendemos evitar todos esos males, nos vamos creando barreras defensivas a nuestro alrededor que son las que nos aíslan y nos conducen hacia lo que más tememos, el futuro tan temido.
¿Y si realmente es cierto que somos más que un cuerpo? Nos hemos estado preocupando sin motivo y no hemos aprovechado la oportunidad de estar vivos.
¿Quién es ese yo que me observa y me habla desde adentro?
Ese yo no es el cuerpo ni es nuestro pensamiento, es más que el cuerpo y que la mente.
Ese yo es indestructible y eterno, el agua no lo puede mojar y el fuego no lo puede quemar, nadie lo puede lastimar, herir o matar.
Recién cuando nos damos cuenta que somos más que un cuerpo, el miedo cesa y nos podemos entregar a la vida confiados y disfrutar de ella.
Los miedos se refieren a sucesos hipotéticos que pueden no ocurrir nunca, pero que sí pueden malograrnos la vida.
Sólo en el aquí y ahora estamos seguros y a salvo, sin embargo nuestra mente se aferra a un momento eventual, a una posibilidad estadística, porque no puede vivir este momento eterno.
Estar siempre en el presente es experimentar la eternidad, es cuando el tiempo cesa y cuando realmente nos sentimos vivos.
Hoy es el único momento en el que podemos cambiar, no mañana; hoy es el día en que puede cambiar nuestra historia.
El pasado nos enferma, nos esclaviza, nos bloquea y el futuro es ilusorio, una quimera que nos produce ansiedad y destruye nuestras defensas inmunológicas; y adelantarse es ya estar muertos cuando se vive todavía.
Hoy somos dueños de nuestras vidas, no mañana. No nos perdamos el presente por temor al futuro.
Piensen en todo lo que se perdieron y no hicieron, por haber tenido miedo en esta vida.