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El estudio de los sueños

Publicado por Betina Ganim

Sabemos que uno de los legados más importantes del psicoanálisis freudiano lo tenemos con su “Interpretación de los sueños”. Y los sueños en tanto el camino fundamental para abordar lo inconsciente.

Seguiremos esta vez el análisis que hace Freud de este tema en su texto “Los sueños”, en 1901.

Aquí Freud nos introduce en el tema, plantando que en épocas primitivas, consideradas “precientíficas” el estudio de los sueños consistía en una interpretación más bien mágica u oscurantista; es decir, cuando alguien soñaba y despertaba, tomaba al sueño como un indicio de alguna especie de poder supraterrenal.

Pero, con el nacimiento de la ciencia, todo aquello que entraba en el terreno de lo místico se trasladó a la psicología, al punto de que hoy en día, predomina respecto del tema de los sueños, que el sueño implican las funciones psíquicas del que sueña.

También hay que considerar que cuando los sueños dejaron de tener una explicación “mitológica”, necesitaban de una explicación causal específica. Se necesitó dar un razonamiento al origen del sueño, a sus relaciones con la vida de vigilia del soñante, los contenidos específicos de los sueños, las ideas asociadas a los mismos, etc.

Pero lo que prima desde entonces es el interés sobre el significado de los sueños. Este tema implica dos preguntas concomitantes.

Una se refiere al acto psíquico que gobierna el soñar, y a sus funciones biológicas

Y otra atañe a la interpretación de los sueños. Digamos, si los sueños tiene un significado como cualquier otra acción de lo psíquico.

Respecto de estos interrogantes ha habido tres direcciones en sus abordajes.

La de la Filosofía: que de alguna manera continúa aquella idea del sueño como un fenómeno supraterrenal. Por ejemplo, en Schubert encontramos que el sueño se define por su capacidad de liberar el alma. El sueño como aquello que permite desprenderse del “sentido común”, digamos.

Otra dirección de abordaje la tenemos en la Medicina: una ciencia que se opone en este sentido a la anterior, ya que la mayoría de los médicos los sueños se producen exclusivamente (por fuera de las funciones psíqicas) por estímulos recibidos desde el exterior sobre quien está durmiendo. Es entonces que desde esta perspectiva los sueños no tendrían sentido alguno.

Y luego tenemos lo que está dentro del “saber popular”. Parce que desde el conocimiento en la materia que existe en la cultura en general, se mantiene esa creencia de que los sueños “quieren decir algo”; es decir, que son susceptibles de significado, y por ende de interpretación. Hasta llega a considerarse la idea de que existen “sueños premonitorios”, que anuncian un porvenir al que sueña.

Este abordaje “popular” del tema de los sueños Freud considera que surge de eso enigmático que encierra el sueño para el que sueña, además de los detalles que no llegan a entenderse en la vida despierta. Y todo eso provoca al menos la pregunta por el sentido del mismo.

Freud dice que para su sorpresa, esta última acepción de los sueños es la que para él se acerca más a la verdad.

Los sueños tienen un sentido; ahora bien, es inservible hacer listas de sueños con su simbología, porque para cada quien, para cada soñante, el sueño tiene una interpretación particular.