El Simbolismo de los Sueños-Parte II
Parte II
Los símbolos en general tienen un significado sexual.
Entre los animales, los caracoles y los bivalvos son incuestionablemente símbolos femeninos, así como las manzanas, los melones y otras frutas representan los senos de la mujer.
Un bosque o matorral simboliza el pelo de la zona genital de ambos sexos, las máquinas complicadas significan el aparato genital masculino y los paisajes con rocas, bosques y aguas, el femenino que también cuenta con otro símbolo interesante como las cajita de joyas o tesoros y las flores, designando estas últimas más específicamente la virginidad.
Un niño pequeño, que puede ser el hijo del soñante o la hija representan el órgano genital en general, sin distinción de sexo.
Las golosinas representan el goce sexual y cualquier juego o el acto de tocar el piano representa la masturbación, así como resbalarse, descender bruscamente, el acto de arrancar una rama, y la caída o extracción de una muela que representa la castración como castigo de las prácticas solitarias.
Las relaciones sexuales se simbolizan con actividades rítmicas como el baile, la equitación y el escalamiento. También por accidentes violentos como el de ser atropellado por un vehículo, y por el acto de subir escaleras o rampas.
No es fácil interpretar si algunos símbolos son femeninos o masculinos, sin embargo hay algunos signos que son específicos de cada sexo como por ejemplo la corbata de nudo, las llaves y los animales salvajes que son símbolos masculinos, y la ropa blanca y el lienzo, el zapato y la zapatilla que designan simbólicamente los órganos genitales de la mujer.
La preparación del fuego tiene un significativo simbolismo sexual. El horno y el fogón es un símbolo de la mujer y del útero y la llama representa el órgano genital del hombre.
La mitología y el estilo poético autorizan a admitir como otras representaciones simbólicas de la mujer los castillos, las fortalezas y las ciudades.
El hombre es un animal simbólico decía Ernst Cassirer(1874-1945), filósofo alemán que llevó a cabo una crítica de la cultura deteniéndose particularmente en las formas simbólicas que son extraídas de las fábulas, los mitos, el folklore o del estudio de las costumbres, usos, proverbios y del lenguaje poético y común y de los cantos de los diferentes pueblos.
En todas estas formas culturales encontramos el mismo simbolismo, generalmente fácil de comprender, descubriendo en ellas un paralelismo con el simbolismo de los sueños que le brinda certidumbre a esta comparación.
Hay dichos que quedan en el imaginario popular como por ejemplo cuando se dice que alguien tiene desalquilado el piso de arriba, indicando en forma vulgar que está un poco trastornado, creando de esa sencilla manera una representación simbólica.
El conocimiento del simbolismo forma parte de la vida psíquica inconsciente. Estas comparaciones por las cuales ciertos objetos se instalan en forma permanente en el inconsciente representando otros, son idénticas en todas las personas y perduran a pesar de las diferencias del lenguaje.
Según Freud, la relación simbólica sería una supervivencia de la antigua identidad que tenían las palabras o sea un presunto idioma fundamental que todavía hoy puede encontrarse en nuestro inconsciente..