¿Comprender, escuchar, entender…?
“El entendimiento no me obliga a comprender” dice Lacan en su escrito de 1958 que vengo leyendo y transmitiéndoles. Lacan ahí juega con la homofonía entre las palabras «comprender», «escuchar» y «entender», en francés.
Es decir, yo puedo entender a un paciente, puedo entender lo que está contando, opinando, juzgando, etc, pero eso no significa que tenga que comprenderlo, es decir, darle la razón a sus dichos… Porque a lo que apunta la escucha a analítica es al decir en juego… No a los hechos o dichos. El decir subyace a esos dichos, y allí apuntaremos como analistas.
Entonces, en ese punto es que no se trata -en un análisis- de comprender, de justificar, de hacernos a’(otro especular) de ese que viene a justificar su ser. Sino apuntar a la falta en ser. Si comprendemos, obturamos la falta, más bien, no damos lugar a la apertura del sujeto, al sujeto del inconsciente, al deseo, que es a lo que vamos, si seguimos a Freud.
Y no comprender también implica tener que hacer silencio a veces, más cuando el paciente busca nuestra aprobación de lo que está diciendo, sobre lo que se está justificando.
Y ahí es donde también recayeron las críticas a Lacan, en que Lacan “frustraba” a sus pacientes…
Es que se trata de la cuestión de la demanda y el deseo en la que se explayará en el apartado siguiente… El paciente viene a demandarnos, a pedirnos algo, pero la pregunta ética es: ¿se trata de responder a esa demanda? Es que el paciente no está pidiendo nada en particular, ahí es donde podemos caer en la comprensión… Pensar que el paciente lo que demanda se lo tengo que dar, para que esté en armonía…
En la consulta misma hay una demanda, pero esa demanda muchas veces no tiene nada que ver con la demanda de análisis… muchos estudiantes de psicología piden un análisis para ser analistas, pero hay que tener en cuenta que esa no es para nada su demanda, esa demanda, la analítica tiene que ponerse en forma, cómo? No respondiéndola, sino abriendo la dimensión del deseo. “Ofrecer para que surja la demanda”.
Se trata, dice Lacan, de una DEMANDA RADICAL, en el sentido de una demanda de amor. La demanda es siempre demanda de amor…
Aquí va a por Ida Malcapine, una analista contemporánea que considera en su texto “Desarrollos de la transferencia” que la misma regla analítica: hable, es motor de la transferencia, como amor… No está mal, dice Lacan, pero de todas maneras, se desvía al detenerse en la REGRESIÓN como mecanismo del análisis. Utiliza la demanda para abrir la dimensión del pasado infantil…
Dice Lacan que habla de la regresión infantil como si fuera que el paciente se comporta como un niño, cuando en realidad de lo que se trata es que lo que retorna son los significantes mismos que el sujeto ha utilizado en su demanda…
El sujeto no puede vivir sin demandar, y nosotros en ese punto tomamos el relevo del Otro.
FUENTE: Lacan, J.»La dirección de la cura y los principios de su poder»