Desamparo, dependencia y angustia
Hoy quisiera comentarles algunas precisiones que hizo J-A Miller en una de las conferencias que dio en Buenos Aires, entre 1989 y 1996, que han sido recopiladas en el Tomo 2 de las «Conferencias Porteñas».
Dentro de las «Lógicas de la vida amorosa», tenemos un apartado intitulado «Del amor a la muerte», en el que Miller propone de esto un camino, precisamente el que va del amor a la muerte, y que propone como el mismo camino que había sido recorrido por Freud en su obra: En el texto freudiano «Psicología de las masas y análisis del yo» Freud da cuenta de la unificación y pacificación, simbólicas, que atañe a los grupos humanos, en cuanto a su homogeneidad y estabilidad. Podemos decir, el «reinado» por excelencia del significante Amo, demostrado por Freud a partir de su concepto de Ideal del Yo.
Sabemos que desde Freud, cuando hablamos de la teoría del amor, hablamos del Ideal del Yo, el lugar del amado en el Ideal. Es decir, ya no se tarta solo del amor narcisista, sino que se trata de una cierta «dependencia» cuando hablamos de amor.
Si vamos al texto más tardío en Freud «El malestar en la cultura», contrariamente con lo anterior, tenemos que eso que puede funcionar muy bien en los pequeños grupos humanos, el funcionamiento del Ideal, no es extensible a la sociedad en general. Se trata aquí del malestar al que nos remite la presencia del objeto a como irreductible al Significante Amo, al Ideal. El objeto a es la lectura por la que Lacan traduce dicho malestar denunciado ya por Freud.
Así, Miller reflexiona este camino que va del amor a la muerte en Freud: de «Psicología de las masas y análisis del Yo» a «El malestar en la cultura»; a saber, de la organización libidinal en torno al Ideal, hacia la pulsión de muerte.
De aquí tenemos también el desprendimiento del Superyó, a partir del Ideal del Yo. En «El malestar en la cultura» el Superyó como concepto depende del amor. En este texto Freud considera la conciencia moral no como algo innato, primario, sino que tiene su origen, su surgimiento en algo que está «por fuera». Para Kant la conciencia moral tenía que ver con una voz interior; Freud, en este punto se acerca más a Nietszche, ya que trata de describir esta instancia moral de la dependencia del sujeto al otro, una depenencia primera respecto de otras personas, por el desamparo que sufre el sujeto; una dependencia marcada por el temor a perder el objeto de amor.
Freud considera como operativo aquí lo que él llamó «Liebesverlust»: la pérdida de amor. Entonces, «desamparo», dependencia» y como efecto de estos dos, «la angustia de la pérdida de amor».
Aquí podemos leer esa posición del sujeto que es primaria en relación al Otro, y es por eso que Lacan escribe ese Otro con mayúsculos, teniendo en cuenta su propia omnipotencia. El sujeto depende de ese Otro. Y esto, podemos decir, es la condición del surgimiento del Superyó en la obra freudiana.
Seguiré con este desarrollo el post que viene.
FUENTE: MILLER, J-A. «Conferencias Porteñas» Tomo 2. Ed. Paidós.