Angustia señal
La señal de angustia es un concepto que Freud introduce en 1926, cuando reestructura su teoría de la angustia.
Designa en esta nueva manera de pensar la angustia, un dispositivo que el yo pone en acción cuando se enfrenta a una situación de peligro, para evitar, de alguna manera, ese exceso de excitación que produce tal situación.
Es así que la angustia como señal implica que se activa porque ya ha habido una situación traumática primitiva que permite en un momento posterior, poner en funcionamiento una defensa.
En 1926, como dije, en el texto freudiano «Inhibición, síntoma y angustia», es cuando aparece por vez primera esta idea de lo que conocemos como la segunda teoría de la angustia en Freud.
En este post me dedicaré a situar algunas custiones relativas a la «angustia señal» o «señal de angustia», sin dedicarme a exponer -como el tema lo ameritaría- la reestructuración teórica ni poner en discusión sus efectos en el desarrollo de la obra de Freud.
Pero al menos me limitaré a hacer algunos señalamientos:
– Esta nueva teoría de la angustia produce una condensación de los aportes que había hecho Freud con su primer teoría de la angustia. En aquel momento Freud proporcionaba una explicación económica de la angustia. Es decir, la angustia era un mero resultado, un efecto, una consecuencia subjetiva del exceso, la sobrecarga de energía que no podía ser controlada y entonces derivaba en angustia: angustia automática. Con esta segunda teoría, la angustia como señal evidencia una función nueva: como motivo de defensa yoica.
– La señal de angustia no se desencadena ya por una descarga económica, sino que más biene en esta segunda teoría que aporta Freud, la angustia como señal implica un funcionamiento «simbólico»; es decir, la angustia puede operar como «símbolo mnémico» de una determinada situación que a´çun no se ha heho presente, pero que se trata de evitar.
– A pesar de los dos puntos anteriormente explicitados, esta idea de angustia como señal no excluye del todo la cuestión económica. Por un lado, el afecto que es reproducido como señal, seguramente fue experimentado en un momento anterior, y de manera pasiva, de forma «automática». El sujeto habría sido sobrepasado por la excitación y se descargó, pasivamente, automáticamente, angustia. por otro lado, que la angustia sea una señal, implica mover cierto quantum de energía, lo que explica la cuestión «económica».
– Por último, Freud vincula la señal de angustia con el yo. Esto quiere decir que la función que Freud descubre de la angustia -en el llamado giro de los años «20- se asimila perfectamente al descubrimiento freudiano respecto del proceso secundario. Dentro de este proceso, los afectos que causaban displacer y que se repetían atenuadamente, podían movilizar la censura.
Luego, con Jacques Lacan se produce una «reconfiguración» de la noción de angustia, que tiene que ver con la novedad lacaniana del «objeto a». En la angustia, hay objeto. Es más, la angustia es la manifestación clínica del objeto a.
Pero esto implicaría hacer otro recorrido que excede este espacio. Los remito a este mismo blog en en cual he hecho algunas apreciaciones sobre el tema desde la enseñanza lacaniana.