Dos niveles del Uno
En la viñeta clínica que retomo, del caso de Ella Sharpe que Lacan retoma en el Seminario 6, por un lado tenemos la tos, que podemos situar como síntoma en relación al Otro; es decir, lo que el lenguaje puede elaborar en relación a un significante Uno que se inscribe en el cuerpo: esa experiencia de satisfacción que es la que provoca la vergüenza, allí desde donde brota el Significante Amo, dice Lacan.
Un shock pulsional del cual el cuerpo acontece, en ese encuentro inaugural con lalengua.
En el Seminario 19, Lacan sostiene dos niveles del Uno que me gustaría articular respecto de mi inquietud inicial.
Dije al comienzo que en una Conversación Clínica de Barcelona, Miller trataba de situar, en esa distinción de S1, ese punto de desestabilización en la “homeostasis” del síntoma que hizo que una paciente consultara en ese momento: algo que la nombraba en su punto de goce, y que luego se le revelara en el análisis. ¿Es ese punto de goce el que puede pensarse como ese Uno diferente a otro S1?
Lo que Lacan dice allí es que “Hay dos horizontes del significante. Ahí abro llave.”
Es una distinción que abre para retomarla luego, una distinción que, subraya, “es de horizonte”. Y que retoma al final de la clase a la que me refiero, en la que despliega su razonamiento sirviéndose de la teoría de los conjuntos, teoría para la cual todo elemento es equivalente, por lo que así se engendra la unidad.