Psicología

Lo social

Publicado por Betina Ganim

Les he hablado de la religión; más bien del abordaje que Freud hace en su ensayo «El malestar en la cultura» sobre este tema (los remito a dicho post en este blog: «La religión»)

La religión -como otra de las técnicas para evitar el sufrimiento- perturba justamente el libre juego que existe entre la elección y la «adaptación» para poder hacer algo con esta imposibilidad de ser felices.

Y perturba este libre juego en tanto plantea un único camino «para todos» en esta búsqueda (borra la particularidad);la única vía para alcanzar la felicidad y evitar el sufrimiento es para todos la misma.

Así, la religión como método implica relativizar el valor de la vida y distorsionar de manera casi delirante la visión del mundo. Llevando al hombre a una fijación infantil – en el sentido de creer en la existencia de un ser completo, total, sin fallas, capaz de todo.

Pero la religión tampoco cumple la promesa de la felicidad, porque la religión conlleva sacrificio y sufrimiento como fuente fundamental de goce.

Bien, continúa Freud diciendo que a pesar de toda esta lista desplegada sobre técnicas para alcanza la felicidad, para abordarla de alguna manera, su análisis no excede en mucho de lo que sabemos por el sentido común.

Y dedide seguir con su investigación a pesar de sospechar que será difícil encontrar algo nuevo para decir al respecto. Aun así se pregunta por qué le es tan difícil al hombre ser feliz.

Como había ya enunciado, existen tres fuentes de sufrimiento en el ser humano:

1)La hegemonía de la Naturaleza

2)La transitoriedad; y

3)Los insuficiente de nuestars técnicas para moderar nuestros vínculos tanto con la familia, como con la sociedad, como con el Estado.

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Las dos fuentes enumeradas en primer término, es algo indiscutible: jamás podrá dominarse la Natura, y nuestro cuerpo tiene fecha de caducidad.

A pesar de ello, no claudicamos; al contrario, es el motor de nuestra actividad. Es decir, ante esa comprobación, el ser humano intenta maneras de superarlas o suprimirlas.

Pero nuestra posición respecto de la tercera de las fuentes de sufrimiento, que tiene que ver con lo social: la relación con los otros.

Aquí la actitud del ser humano lleva a una no aceptación de dicha fuente: no entendemos por qué esas instituciones creadas por nosotros ismos, no nos protegen ni nos aseguran un bien. Aquí, dice Freud, se trata de nuestra propia naturaleza como seres humanos; de nuetsra propia constitución psíquica.

Se afirma que la cultura es mayormente la culpable de nuestras miserias, y que seríamos felices si volvemos a épocas primitivas.

Freud observa que le causa mucha sorpresa tal aseveración, ya que no se puede desconocer que todos los métodos, técnicas, etc. que tenemos para defendernos del sufrimiento, provienen precisamente de la cultura!!

Se pregunta Freud ¿qué motivos tiene el hombre para encarnizarse así con la cultura? Y arriesga que se debe a circunstancias y motivaciones históricas. Es más, el cristianismo triunfó y se impuso por sobre las religiones paganas, y eso ya podemos tomarlo como uno de los motivos que participan en esa posición «anticultura» presente en muchos seres humanos.

Otro motivo que arriesga Freud es la «exploración» de tierras y razas primitivas que llevaban a pensar a los europeos que esa vida sencilla era inalcanzable a seres culturales «más elevados».

Y la última de esas motivaciones es la comprensión del mecanismo de las neurosis, que conllevan la amenaza de eliminar todo posible resto de felicidad a la que pueda acceder el ser humano civilizado.

Es comprobable, dice Freud y con esto termino por hoy, que el ser humano cae en la neurosis cuando no puede soportar la frustración que la sociedad le impone, lo que lo lleva a la deducción de que es imposible ser «todo» feliz.

FUENTE: FREUD, S. «El malestar en la cultura»