Fobia Social
Es un trastorno de la personalidad, la fobia social y encubre una condición, la depresión.
La fobia es un miedo paralizante e irracional a un determinado objeto o a varios o a una situación específica.
Como el síntoma principal de la fobia es la ansiedad, se puede considerar un trastorno de tipo neurótico, o sea un estado emocional producido por un conflicto psíquico.
Generalmente el objeto de las fobias se refieren a una experiencia del pasado, con características amenazantes, que se olvida o reprime y que se transfiere al presente frente a una situación semejante.
La fobia social de los adultos se relaciona con la depresión, porque los rasgos sobresalientes de un depresivo son la inseguridad, la culpa y la baja autoestima, condiciones que interfieren en la vida social del sujeto y dificultan sus relaciones interpersonales.
La agorafobia o temor extremo a los espacios abiertos y públicos, es una forma de fobia social. Ágora, es un término que proviene de las antiguas ciudades griegas. Así era llamada la plaza pública que servía de centro de reunión para las actividades comerciales, cívicas, sociales y religiosas.
La fobia expresa simbólicamente el conflicto subyacente y lo mejor para la cura es resolver el conflicto.
El conflicto es el estado de indecisión provocado por necesidades emocionales incompatibles entre si. Es la lucha intrapsíquica entre lo que se desea hacer y lo que una persona entiende que debería hacer. Este conflicto exige una toma de decisión que no siempre la persona tiene la suficiente fortaleza yoica para lograrlo.
Sin embargo, las terapias del comportamiento o cognitivas, que no priorizan las cuestiones internas, sino que confían en la capacidad de las personas para aprender y desaprender conductas, pueden ayudar a superar las fobias, exponiendo gradualmente a la persona al objeto o situación que le provoca angustia y ansiedad, de tal modo que el sujeto pueda aprender a no tener miedo a la amenaza que él vive como real.
Los artistas de teatro pueden sufrir de fobia al público y esta condición puede estar relacionada con experiencias de fracaso, asociadas con conflictos psíquicos personales.
Otras profesiones también exigen tener que enfrentarse al público, como oradores en conferencias o seminarios, en presentaciones públicas por radio o televisión o participando en reportajes periodísticos.
En estos casos también el miedo al público se puede controlar mediante técnicas de desensibilización progresiva que familiarizan al individuo con la situación amenazante que dejan de ser un obstáculo para él.
La fobia social se agudiza si el sujeto se empeña en aislarse para sentirse seguro, porque toda fobia se cura con una conducta contrafóbica.
La contrafobia consiste en hacer precisamente aquello que uno teme. En el caso de la fobia social lo indicado es tratar de salir todos los días a la calle y estar en contacto con la mayor cantidad de personas posible.
Elegir un trabajo que exija atención al público, como vendedor o recepcionista, puede producir naturalmente la desensibilización necesaria como para deshacerse de esta fobia.
El fóbico como el depresivo está centrado en si mismo y le cuesta interesarse en las cosas externas a él. Teme ser juzgado y condenado por los otros porque en definitiva él mismo no se acepta tal cual es.