Más allá del objeto imaginario: el falo
El post anterior, siguiendo el curso «Donc» de Jacques-Alain Miller, vimos que él hace ahí un «desbrozamiento» -por decirlo de alguna manera- de lo que Lacan intenta abordar en el Seminario IV (La relación de objeto). Tres puntos a destacar (los remito al post anterior) de los cuales el tercero es es que da el eje a la cuestión: que lo importante en una experiencia analítica no tiene que ver con lo que se juegue a nivel imaginario (sujeto, objeto), sino que el correlato del sujeto es el falo (como simbólico), no el objeto imaginario.
Es así que Lacan centra el debate en torno a la cuestión del objeto, en tanto implica una dificultad conceptual para conciliar el deseo en su estatuto simbólico con el deseo en su naturaleza imaginaria.
No se trata, dirá Lacan, del objeto del narcisismo, del yo narcisista (moi), sino del falo en tanto objeto. Es decir, para Lacan, el objeto es en relación al falo, yendo con esto más allá de lo imaginario. Claro que hay momento en la experiencia en los que la relación del sujeto con el objeto parece más directa, si se quiere, es decir, sin una distancia, sin brecha; Pero es engañarse pensar que estos momentos de la experiencia dan la clave del objeto de deseo. No hay que extender esos momentos de complementariedad aparente entre sujeto y objeto con el conjunto d ellas relaciones entre el sujeto y el objeto.
Es decir, que hay que respetar ese momento de complementariedad, de coincidencia eventual, pero no extenderlo a toda la clínica… Esto lo podemos ver en la cuestión del enamoramiento.
Lacan, durante varios años, hizo una teoría (anterior a la que concierne al objeto en lo simbólico) en la que el objeto aparecía en el plano del narcisismo, con el recordatorio constante de que todo enamoramiento es d e naturaleza narcisista. Pero a esta altura de la enseñanza de Lacan, en el seminario IV (La relación de objeto) Lacan enfatiza en algo totalmente contrario (aunque acierto lugar al narcisismo). Y es quemo se trata d e que el objeto en esencia es narcisista, sino que siempre juega su partida con la castración. Y es esta la verdadera polémica de dicho seminario. Es también algo que continuará en la enseñanza de Lacan para ajustarse a la cuestión del objeto en lo simbólico, para que más adelante pueda introducir Lacan la noción del objeto a.
Pero no nos adelantemos, porque para que esto ocurra hacen falta unos años más y un trabajo de Lacan de desintegrar, de tritura el objeto en lo simbólico antes de ubicarlo en otro registro (real). En ese momento Lacan traerá la cuestión d elo real y el goce en el Seminario VII, la Ética del Psicoanálisis.
De momento me frenaré aquí, porque el post que viene me gustaría introducir los dos tipos de objeto que aparecen en el seminario IV de Lacan: el objeto fetiche y el objeto fóbico.
FUENTE: MILLER, JACQUES-ALAIN. «DONC. LA LÓGICA DE LA CURA» LOS CURSOS PSICOANALÍTICOS DE JACQUES-ALAIN MILLER. ED. PAIDÓS.