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Campos Mórficos-Teoría Cuántica y el Aprendizaje

Publicado por Malena

Campos Mórficos-Teoria Cuántica y el Aprendizaje

Aunque no sean lógicos son posibles los campos mórficos

La característica de no localización espacial de los campos mórficos hace que las pruebas experimentales que se realizan aún no sean reconocidas por la ciencia institucional.

La teoría cuántica se puede relacionar con los campos mórficos precisamente por su similar aspecto espacial que implica conexiones a distancia imposibles de explicar con las leyes de la física tradicional.

El aspecto de la no localización de esta teoría en lo que se refiere a que las partes del sistema cuántico alguna vez unidas conservan una conexión inmediata a distancia es asombroso y a la vez contradictorio en relación con lo conocido; pudiéndose representar en forma matemática como un campo de múltiples posibilidades.

Tal como sucede con los átomos y las moléculas, se puede inferir que así también ocurre con los miembros de los mismos grupos sociales cuando se separan, que conservan el mismo tipo de conexión.

La teoría del físico matemático David Bohm del orden implicado, que imagina un orden replegado que subyace al orden explicitado en la naturaleza, también resulta compatible con la idea de los campos mórficos.

Estas relaciones también han sido investigadas por los físicos cuánticos Amit Goswami, norteamericano y por el alemán Hans-Peter Dürt.

La existencia de los campos mórficos se pueden probar más por sus efectos que en forma directa y la mejor manera de comprenderlos es trabajando directamente con grupos de organismos organizados.

Estas sociedades de individuos pueden transmitirse información a distancia sin estar conectados por medios sensoriales conocidos.

Es difícil comprender por medios tradicionales cómo se comunican las bandadas de pájaros para cambiar de dirección con rapidez y sin chocar unos con otros.

De la misma forma es difícil conocer la real naturaleza de los vínculos humanos, que se llevan consigo a todos lados sus significados, presintiendo a distancia las emociones de sus afectos.

Se puede inferir que los campos mórficos trascienden el cerebro y nos une a los objetos que percibimos proporcionándonos la capacidad de afectarlos con nuestra atención e intención.

De manera, que con sólo mirarlas podríamos influir en las cosas; y esto se puede comprobar cuando nos damos cuenta que alguien nos está mirando desde atrás.

Siguiendo a Rupert Shaldrake, la resonancia mórfica en biología representa la existencia de una memoria intrínseca en el comportamiento de los organismos.

A diferencia del instinto o morfogénesis, la resonancia mórfica evoluciona en forma colectiva, observándose adaptaciones en gran escala en todo el mundo a grandes distancias, haciéndose habitual.

Los caballos hace medio siglo solían lastimarse con los alambrados en los campos. En ese tiempo toda la especie aprendió a evitar el alambre de púas. Y no solamente reaccionan en forma diferente frente a este obstáculo sino que en general no reaccionan como sus predecesores.

Lo mismo pasa con la juventud actual, no reaccionan como lo hacían sus ancestros, aunque no difiera su educación.

El concepto de resonancia mórfica permite comprender mejor el aprendizaje humano, incluyendo la adquisición del lenguaje.

Las observaciones realizadas por lingüistas como Noam Chomsky, han revelado que es imposible explicar la rapidez y la creatividad en la adquisición del lenguaje solamente en términos de imitación. Este proceso se hace evidente cuando vemos la evolución de nuevos lenguajes que se desarrollan con suma rapidez.

Los niños suelen agregar complejidad gramatical en palabras simples llegando a elaborar un nuevo tipo de lenguaje muy expresivo.

Si es cierto que la resonancia mórfica existe entonces el promedio de rendimiento en los tests de inteligencia debería aumentar, no porque sean más inteligentes sino porque les resultan más fáciles de resolver como resultado de la resonancia mórfica.

Esto lo he comprobado personalmente con la administración durante muchos años del Test de Matrices Progresivas de J.C. Raven, prueba que mide la capacidad intelectual de sujetos de 12 a 65 años y que actualmente se considera casi obsoleto debido a que aunque no lo conozcan, tanto los niños como los adultos los resuelven con mucha más facilidad que antes.