Trascendiendo los límites del cuerpo
María Inés Mato (1965), es una extraordinaria nadadora argentina que nada en aguas abiertas desde hace muchos años, generalmente compitiendo con ella misma y estableciendo notables records.
Se desempeña como coordinadora de deportes de la Universidad de Buenos Aires, facultad de Filosofía y Letras, integra el equipo interdisciplinario de Estudios del Deporte; y es docente de Semiología en el Ciclo Básico Común en esa misma universidad.
Está dedicada con verdadera devoción a todos los aspectos relacionados con el agua y realizó numerosas hazañas participando en maratones en nuestro país, en Paraná, Rosario; en Mar del Plata y en África en el Río Nilo.
Además, atravesó a nado el estrecho de Gibraltar, desde España a África, el Canal de la Mancha, de Inglaterra a Francia, el estrecho Fehmarnbelt en el Mar Báltico, desde Dinamarca a Alemania, dio la vuelta alrededor de la isla de Maniatan, en Estados Unidos, cruzó el canal de Beagle, de Chile a Argentina.
La película documental estrenada ayer en el Canal Encuentro, dirigida por el actor Boy Olmi, muestra un registro de la actuación de esta nadadora, nadando en aguas heladas de la Antártica y de las Islas Malvinas durante cuatro viajes realizados en cuatro años.
Este programa brinda un aporte invalorable e inspirador para la sociedad en su conjunto y para la comunidad deportiva, más aún por el hecho de que la protagonista de esta hazaña perdió su pierna derecha a la edad de cuatro años debido a un accidente.
Esto prueba una vez más que a veces, una discapacidad física puede ser una motivación muy poderosa para concretar objetivos muy ambiciosos, que llevan no sólo a compensar esa limitación sino a trascender los límites del cuerpo humano.
María Inés Mato ha sido distinguida por numerosas instituciones y sus hazañas fueron objeto de gran interés periodístico en su momento.
La Asociación Americana de Psicología, publicó en 2006, “Mente sobre el agua: vida de desafío físico y mental, que amenaza creencias”.
Efectivamente, la ciencia consideraba hasta entonces que el cuerpo humano no podía soportar más de tres minutos en agua helada; sin embargo María Inés logró sobrepasar con creces esa marca sin demasiado esfuerzo, manteniendo la temperatura corporal necesaria para no sufrir hipotermia.
Su mente fue capaz de superar cualquier pronóstico científico, logrando derribar conclusiones que parecían irrebatibles.
Según sus declaraciones, se trata de lograr una absoluta concentración en el objetivo y no de la práctica de una técnica específica de control mental.
La mente humana es una fuente inagotable de sorpresas que suelen dar por tierra con el vano intento del hombre de circunscribir la realidad a sus limitadas estructuras.
El hombre aún no puede conocer su propio potencial que aún lo desconcierta. La experiencia de María Inés en aguas heladas ha servido para modificar las expectativas sobre la posibilidad de sobrevivir en esas extremas condiciones, con el necesario y debido entrenamiento, abriendo mayores perspectivas para los que tienen que trabajar en ese severo medio.
Las vidas de estas excepcionales personas son las que nos enseñan que no es suficiente contar con demasiados recursos para distinguirse en una actividad específica sino que es la motivación dirigida adecuadamente la que hace posible el logro de las metas.