Importancia de la Vida Intrauterina
¿Desde cuándo creemos que un bebé en gestación comienza a percibir señales del mundo exterior?; ¿En qué medida influyen las experiencias de la madre, mientras su hijo está en su útero?; y ¿Hasta qué punto lo vivido en el vientre materno nos condiciona?
La ciencia estudia todos estos interrogantes desde que un bebé es concebido; y los resultados de esas investigaciones sugieren que todo lo que experimenta un ser humano antes de nacer constituye el fundamento de su salud, su afectividad, su capacidad de relacionarse y de la capacidad de su intelecto.
Los estudios fetales demuestran que un bebé dentro del útero puede oír, percibir señales con el tacto y sabores con el gusto desde pocas semanas de su concepción; pudiendo ser afectado por los estímulos del cuerpo de la madre y del ambiente que la rodea y recibir y expresar emociones.
Antes de nacer, un bebé no sólo tiene una vida física sino también psicológica y emocional; su cerebro se comienza a desarrollar pero también inicia su interacción con el medio y responde a la información que recibe.
Esto es lo que afirma el Dr. Jorge Ferré, miembro y fundador del Instituto Médico del Desarrollo Infantil en España.
Una nueva disciplina denominada “Orígenes Fetales” supone que es factible ayudar a desarrollar el cerebro de un bebé en gestación.
El buen estado físico, psicológico y emocional de la madre durante el embarazo es tan importante para el niño antes como después de nacer.
Sigmund Freud fue quien estudió en profundidad la influencia de las experiencias infantiles en la vida de las personas y Otto Rank señaló en su teoría las posibles consecuencias del trauma de nacimiento; la nueva disciplina “Orígenes fetales” promueve retroceder hasta la concepción para explicar nuestra historia, ya que todo lo que experimentará el niño desde que es concebido dejará una huella en su persona.
La depresión no es solamente un estado emocional sino que también tiene una concomitante orgánica en forma de neuroquímico que una madre puede transmitir a su descendencia, además del factor genético.
Un bebé puede reconocer antes de nacer las sensaciones placenteras y las que no lo son, de manera que todas sus experiencias positivas durante la gestación le permitirán que viva esa etapa de su vida ligada a las emociones de bienestar y alegría, hecho que seguramente influirá en su personalidad.
Un niño aprende desde el útero materno ya que puede nacer con la misma adicción que tiene la madre e incluso sufrir síndrome de abstinencia.
No es raro que la tendencia a la obesidad de una persona provenga de experiencias intrauterinas relacionadas con los hábitos pocos saludables de la madre. Lo demuestra un estudio publicado en British Journal of Nutrition, sobre la programación fetal de la alimentación en exceso, en el que participó el investigador Neil Stickland, lo demuestra.
Otro tema preocupante es la contaminación ambiental que produce el tráfico urbano que puede influir en el peso y el tamaño del bebé al nacer si la madre se expone habitualmente a esos gases tóxicos.
Está comprobado que el humo del tabaco afecta el desarrollo del sistema nervioso a partir del tercer mes de embarazo, produciendo una disminución de la capacidad intelectual del bebé en gestación, según muestra un estudio publicado en la revista médica “Pediatric and Perinatal Epidemiology”, realizado por investigadores daneses y norteamericanos.
La nueva ciencia “Orígenes fetales” permitirá que en el futuro se puedan prevenir enfermedades interviniendo activamente mediante tratamientos o cirugías durante el embarazo.
La Licenciada Liliana Hollmann, especialista en regresiones, describe las increíbles experiencias de sus pacientes que pueden recordar experiencias dentro del útero materno, elaborarlas adecuadamente y cambiar sus vidas.
Fuente: “Psicología Positiva”, marzo 2011, “Cómo influyen los primeros 9 meses en el resto de tu vida”, con el asesoramiento de Lic. Palo Antivero, Dr. Jorge Ferré, Annie Murphy Paul y Lic. Rosina Uriarte.