Técnica Infalible para Dormir al Bebé
Muchos padres no pueden comprender que su bebé pueda entender y aprender.
La llegada de un bebé a la casa debería ser un momento de regocijo y satisfacción; porque un niño sano si es esperado con alegría y es bien recibido, ya ha logrado las bases más importantes para crecer normalmente.
Sin embargo, no por eso tiene que convertirse en un ser caprichoso y consentido, porque establecer los límites y la disciplina desde el comienzo de su vida ayudará a la formación de una personalidad firme y segura.
Establecer una rutina de comidas y horas de sueño, será una saludable costumbre que ahorrará trabajos innecesarios a los padres, evitará que pierdan horas de sueño y permitirá que la relación de pareja no se perturbe por su llegada y no se resienta el vínculo, como con frecuencia suele ocurrir.
Desde el primer día es conveniente que un niño duerma en su propia cama y no al lado de sus padres, porque se tiene que acostumbrar a su propio ámbito de sueño y este modo de encarar las cosas resultará beneficioso de todos.
Un bebé necesita como todo el mundo, descansar, y lo mejor es que aprenda a dormirse solo desde el principio.
Sin embargo, cuando llora tiene que ser reconfortado por la madre o por el padre en forma alternativa, para que luego no demande sólo a uno de ellos.
Reconfortar a un niño pequeño significa levantarlo de su cuna, abrazarlo, darle unas cariñosas palmaditas en la espalda y volverlo a acostar inmediatamente, continuando con las palmaditas unos breves minutos si sigue llorando.
Si persistiera con su llanto, habrá que repetir el procedimiento de reconfortarlo y volverlo a depositar en su cama suavemente, las veces que sean necesarias.
En cambio, si atenuara su llanto y sólo emitiera algunas señales de descontento, hay que retirarse de la habitación, que deberá estar a oscuras, y cerrar la puerta, o por lo menos mantenerla entornada, de modo que no lo alcancen la luz ni otros sonidos provenientes de los otros ambientes de la casa.
Por cierto hay que mantenerse atento por si vuelve a llorar; y si esto sucediera será necesario volver y reiterar la operación inicial desde el principio.
Si los padres, han cumplido con este trabajo de disciplinar a su bebé tal cual se indica, es probable que en uno o dos días el aprendizaje sea completado con óptimos resultados.
Cuando el bebé es recién nacido, puede ser amamantado cuando corresponda, siendo lo mejor, desde el punto de vista del comportamiento, cumplir los horarios; más adelante, después de los tres o cuatro meses, en el caso de demandar alimento antes de sus horarios es recomendable darle agua o bien un chupete, pero no darle de mamar durante la noche.
El cumplimiento de los horarios ayuda a un bebé a aprender a postergar ya desde el principio, porque un niño pequeño es un ser inteligente que percibe el mundo a su alrededor más de lo que podemos imaginar y no como se creyó hasta no hace mucho tiempo, alguien desprovisto de sentidos sin desarrollar y que no entiende.
Al contrario, las huellas de las etapas más tempranas e inclusive las percibidas dentro del útero materno, son las más indelebles y las que podrían condicionar su vida futura.
Un niño no posee el entendimiento racional de un adulto, pero llega a comprender a su nivel su entorno y a entender a su modo.
Ser firme no significa no amar a un bebé sino querer su bien, su mejor desarrollo y su felicidad, que es la mejor manera de amar a alguien.
La firmeza de los padres es el marco de referencia perfecto para el crecimiento que todo niño necesita, para ser sano y poder desarrollar su personalidad en forma plena.