Conciencia Ecológica
El 90% de los elementos que contiene una computadora o un teléfono celular se puede reciclar.
En la ciudad de Buenos Aires, se desechan siete kilos de basura electrónica por año, debido principalmente a la gran cantidad de oficinas que hay, pero lamentablemente aún no existen leyes ni industrias de envergadura que se encarguen del aprovechamiento integral de los residuos electrónicos.
Las baterías de los celulares son altamente contaminantes si se los tira junto con la basura común, porque pueden perder ácidos o tóxicos como el mercurio, el cromo o el berilio, sustancias que afectan el agua y el suelo.
Gestión Ambiental es una de las cinco empresas nacionales que recicla aparatos eléctricos y electrónicos. Pero lamentablemente en Argentina sólo se recupera el cinco por ciento de la basura electrónica. No existe aún una planta que procese y recupere metales y minerales que se usan en una plaqueta o una batería; pero sí estos elementos se pueden enviar a Europa o China para su reciclado.
Actualmente se está trabajando en un proyecto de ley, que ya tiene media sanción en el Senado, que propone regular la gestión de los residuos para su reutilización y para el reciclado de la basura electrónica.
El objetivo es crear una infraestructura de gestión para hacer posible la creación de una industria local que puede llegar a ser rentable como lo es en el resto del mundo.
Los obstáculos para que este proyecto avance son precisamente la ausencia de una industria del reciclado con las proporciones suficientes como para abarcar la totalidad de la recolección y la prohibición jurisdiccional de ingreso a las provincias.
El reciclado también es responsabilidad del productor, que debería hacerse cargo de esta tarea, aceptando los equipos usados como parte de pago, y disponiendo del espacio suficiente para su acopio y procesamiento.
Proximamente, diez toneladas de pilas van a ser exportadas a Europa para su procesamiento. En Suecia, Bélgica y Alemania existen plantas que procesan las pilas y las plaquetas y recuperan metales y otros materiales.
Mientras tanto, ¿dónde llevamos nuestras baterías y pilas en desuso?
Los que saben de estas cosas dicen que las pilas alcalinas pueden tirarse en la basura común pero que es mejor reciclarlas.
La Agencia de Protección Ambiental implementó un programa de recolección que aún está vigente con la participación de las principales empresas de computación y telefonía.
Se puede acceder a un listado de los 110 lugares de recolección en el sitio:
www.agenciaambiental.gob.ar/areas/med_ambiente/apra/des_sust/res_esp/empresa_recoleccion.php?menu_id=32341
Movistar, Personal y Sony Style reciben en sus oficinas comerciales baterías y pilas en desuso; mientras Epson y Silkers se asociaron para procesar la basura electrónica de la primera.
Algunos fabricantes, han fabricado aparatos hechos totalmente con material reciclado como un modo de cooperar con la disminución de basura electrónica.
Las empresas que fabrican estos productos tienen una gran responsabilidad pero también los usuarios tienen que hacerse cargo de la basura electrónica que generan haciendo su parte para evitar seguir contaminando el planeta.
Cada persona que consume tecnología electrónica debe tener conciencia ecológica, tratando de aprovechar la vida útil de las unidades que utiliza y desechándolas cuando ya no es posible su reparación.
Lamentablemente, la mayoría cambia de tecnología para tener acceso a más funciones sin importarle el hecho de deshacerse de un aparato que todavía funciona, generando contaminación ambiental y comprometiendo su propio futuro.
Un cambio social comienza con la conducta individual, es necesario acostumbrarse a guardar las pilas y las baterías gastadas en un frasco de vidrio y cuando está lleno llevarlo a alguna de las oficinas mencionadas que tienen un buzón para recibirlas.
Es importante que los jóvenes transmitan esta inquietud a través de las redes sociales para que nunca más las pilas y las baterías que usan y desechan en forma tan frecuente, vayan a parar a la basura común y se conviertan en fuente de contaminación, ya que sus componentes puede ser utilizados para otra cosa.
Fuente: “La Nación”, Sección Tecnología, “Qué hacer con la basura”, Ricardo Sametband. Noviembre 2011.