El Matriarcado de las Hienas
La hiena, especie considerada por muchos como cobarde, traicionera y aprovechadora, parece ser una especie genial y fascinante, que se destaca por su inteligencia y su complicada organización social matriarcal; según el resultado de las investigaciones de Kay Holecamp – bióloga norteamericana que hace más de veinte años, tres veces al año, junto con un equipo de estudiantes de la Universidad estatal de Michigan, se dedica a estudiar su comportamiento, en el Parque Masai Mara de las planicies de Nairobi, en Kenia, África .
La organización social de las hienas manchadas estudiadas por Kay, se caracteriza por un estricto y complicado orden de jerarquía dentro del mismo grupo, donde cada una de ellas tiene un rango diferente; algo nunca observado en otras especies.
En esta sofisticada comunidad, las clases son rígidas tal como sucedía en la antigua sociedad victoriana humana.
La compleja estructura social de las hienas manchadas se desarrolla en grandes guaridas subterráneas; tortuosos laberintos que constituyen el centro de su comunidad; donde las hembras son dominantes y su rango superior al de los machos.
Desde que nacen, las hembras se asocian para castigar a los que se atreven a salirse del rol que les corresponde; son más grandes y agresivas, sus hormonas están masculinizadas y tienen un órgano reproductor que no deja que el macho las aparee sin su colaboración y que le permite al orinar expulsar el esperma depositado en ellas.
De manera que para el apareamiento, la hembra es la que decide, no como en otras especies en que la decisión la tiene el macho más fuerte, vencedor de la pelea entre otros machos.
La madre de mayor rango social produce gran cantidad de hormonas masculinas y otras hormonas que hacen que la cría sea más agresiva y tenga el poder para dominar a los otros miembros del clan.
Al nacer, los cachorros heredan el rango de la madre y la jerarquía social de las hienas rige sus vidas por completo.
Otras hembras, situadas por debajo en la escala social, producen menos cantidad de hormonas, lo que hace que sus descendencias nazcan con las aptitudes adecuadas para ocupar posiciones subordinadas.
Las hembras cuidan a sus crías con devoción durante cuatro años, más que otros depredadores, debido a que solamente después de ese tiempo esta especie tiene la capacidad para sobrevivir.
En una jauría de hienas ser macho no es ningún privilegio sino más bien una desgracia. Como todos los machos deben abandonar su clan y resistir hasta dos años para ser aceptados en otro, debiendo contentarse con ocupar la posición social más baja y muy satisfecho si alguna hembra le permite el acceso.
El macho solamente hace el papel de donante de esperma, ya que se tiene que someter a realizar la copulación en el momento y en la forma que la hembra quiera.
Los machos dominantes se apropian de la comida de sus hermanos, que tienen un rango inferior, los cuales están destinados a sufrir hambre, cansancio y frustración desde que nacen.
Las hienas manchadas fueron sometidas a pruebas de inteligencia similares a las que les aplica a los primates, y se obtuvieron resultados sorprendentes.
La sociedad de las hienas es más parecida a la de los primates que a la de los carnívoros; y aunque se asemejan a los perros, tienen más características de los gatos.
Como los primates, siguen las reglas de su posición social, resuelven problemas comunes y se asocian con otros para el bien común utilizando un complejo lenguaje corporal y otras estrategias como aprovechar las distracciones y engañar, como gritar en señal de peligro para obtener que otra hiena abandone su presa y pueda comer algo.
Cuando el territorio de un clan está amenazado, patrullan las fronteras y todos se organizan para la guerra con otros clanes, para el bien común.
Comen de todo y parecen tener un sistema inmunológico que las protege hasta de los venenos más letales para otras especies, como animales en estado de descomposición.
Sin embargo, son cazadores de alto rendimiento y la idea de que son carroñeras no es más que un mito, ya que cazan el 90% de su comida.
Además de su inteligencia, otra característica notable de esta especie es el tamaño de su cerebro, que se atribuye, como en los humanos, a las exigencias de su complicado orden social.
Fuente: “Muy Interesante”, No.293, 03/2010; “La hiena es un animal extraño y genial”; Entrevista a Kay Holekamp, por Ángela Posada-Swafford.