Microcréditos para los Pobres
Es un concepto revolucionario de mérito, el microcrédito
Muhammad Yunus, economista de Bangladesh que revolucionó el concepto de las finanzas otorgando préstamos para los pobres, provocó un movimiento que crece en proyección geométrica en todo el mundo.
Las zonas beneficiadas son las villas existentes en los países en vías de desarrollo donde gran parte de la población vive hacinada con sus familias, sin agua potable, sin luz eléctrica, sin resguardo sanitario y sin trabajo.
Personas que se han capacitado en economía se han sentido impulsadas a realizar en sus propios países proyectos similares con un objetivo social que poco a poco va dando sus frutos.
Yunus comenzó invirtiendo de su propio bolsillo 27 dólares y ahora cuenta con siete millones de prestatarios, dentro del sistema. Este sistema de microcréditos ha demostrado ser una herramienta eficaz para combatir la pobreza, permitiendo a las personas iniciar pequeños negocios y generar ingresos.
Los préstamos, de unos pocos cientos de dólares, ayudan a las personas que no pueden desenvolverse solas, a iniciarse en una actividad rentable que elijan, dándoles la oportunidad de desarrollar su potencial, aumentar su autoestima y salir de la pobreza extrema en forma digna.
Los resultados de estos emprendimientos demuestran cómo es posible cambiar, si de pronto se tiene una oportunidad, y que lo verdaderamente milagrosa es la gente y no el crédito.
República Dominicana es un país que se destaca por el turismo y por la práctica del béisbol que se considera una pasión. Sin embargo, también es un país con una gran brecha económica, donde los microcréditos han jugado un papel crucial en el empoderamiento de los más pobres.
El país parece dividirse en dos, una zona turística con hoteles de lujo y otra zona densamente poblada de barrios pobres, donde habita gran parte de la población que vive apenas con un dólar por día, en situación de extrema pobreza.
Este país de Centro América, hasta los años setenta vivía principalmente del turismo y de las cosechas de azúcar. Lamentablemente la caída del precio de esa materia prima disminuyó y sus recursos se vieron afectados, dejando sin trabajo a mucha gente.
El beisbol ha convertido a este país en un verdadero semillero de campeones que tienen posibilidades concretas para jugar en las grandes ligas de los Estados Unidos como la de los Mets. Pero más allá del deporte, la realidad económica de la mayoría de los dominicanos es dura y desafiante.
Uno de los integrantes de esta liga que viajó a este país, pudo ver con sus propios ojos la miseria y el hambre. Dispuesto a ayudar, creó en la República Dominicana la Organización Esperanza, con el fin de otorgar microcréditos a los pobres, inspirado en la propuesta de Yunus.
Betania Usuna vive en una comunidad azucarera muy pobre de la República Dominicana, tiene dos hijos, de 12 y 13 años y su marido abandonó el hogar. Trabaja de criada y debe dejar a sus hijos solos todo el día. Ha soportado muchas penurias, entre ellas la pérdida de todas sus pertenencias y el derrumbe de su precaria vivienda durante un ciclón, fenómenos comunes en esa zona.
Betania tiene un sueño, un negocio de frutas y verduras para dejar de trabajar como criada y poder estar con sus hijos y necesita ciento cincuenta dólares para empezar. Junto con cuatro amigas recurre a la Organización Esperanza para pedir un microcrédito, las que se harán responsable del pago de las cuotas, figurando como garantes.
En la reunión con los oficiales de crédito, son asesoradas convenientemente y finalmente se concreta un contrato verbal que se basa en la confianza, la responsabilidad y la solidaridad. Betania consigue el crédito por el que pagará un cuatro por ciento de interés anual, establece su negocio y su vida se transforma.
Pero para que este sistema funcione adecuadamente y se convierta en un desarrollo sustentable, es indispensable que la gente pueda salir de las villas, ya que la precariedad en que viven, atenta contra la continuidad de los proyectos. Además, es crucial que exista un seguimiento y apoyo constante a los beneficiarios de los microcréditos, para asegurar que puedan manejar sus negocios de manera efectiva y pagar sus préstamos.
(continúa en Segunda Parte)