Persuasión eficaz
A pesar de que todos somos iguales, quedan patentes a diario las diferencias que nos distinguen y nos hacen singulares. En particular, hoy nos interesamos por conocer los entresijos de la persuasión. Eso que nos sucede cuando acabamos haciendo algo que realmente no queremos porque alguien, no sabemos cómo, nos ha engatusado con un discurso ante el cual hemos sucumbido sin presentar resistencia ni consciencia. A posteriori, nos planteamos si es que hemos caído rendidos ante el carisma, o bien es que percibimos al otro con una mejor posición, o superioridad. Quizá se trata de un truco de magia.
Pues nada más lejos de la realidad exitosa. Se trata de una herramienta al alcance de todos pero que, sin duda, requiere esfuerzo y constancia para llegar a aprenderla y, más aún, a dominarla. Su utilidad en todos los ámbitos de la vida le imprime un carácter rentable imposible de obviar. Eso sí, habrá de ser utilizada con responsabilidad y evitar emplearla para fines poco éticos y morales.
Conocer las claves para influir en los demás implica valerse de unos patrones de conducta asumidos por la mente humana en general. He aquí las ramas que brotan del tronco de la persuasión:
- Un amigo te hace un gran favor, o te agasaja con un regalo inesperado que te encanta. En ese momento sientes tal nivel de gratitud que necesites devolverla de alguna manera, ¿verdad? Harías cualquier cosa que te pidiera. Así funciona el principio de reciprocidad.
- Te has comprometido con una ONG a desarrollar un voluntariado. Al poco tiempo, te das cuenta de que no encajas del todo con ese sector y te gustaría tantear otros. Sin embargo, no lo haces. decidiste involucrarte y no quieres dejar a medias tu proyecto personal. Te gusta ser consecuente y que te vean de esa manera, por tanto, eres un claro ejemplo del principio de coherencia.
- Las modas invaden la vida colectiva. Seguimos las tendencias, nos interesa conocer los sitios más populares. Estamos, pues, predispuestos a nadar en favor de la corriente conducidos por el principio de la prueba social.
- Raramente nos dejamos influir por alguien que no nos gusta, que nos resulta antipático o con quien no tenemos nada en común. Las conexiones y las atracciones son las fuerzas que nos empujan a interesarnos por las cosas y las personas. Así lo enuncia el principio de simpatía.
- En caso de querer profundizar sobre algún tema, solemos buscar información proveniente de expertos en ese tema. Tendemos a confiar, a veces ciegamente, en sus opiniones por el principio de autoridad.
- Largas colas y gente durmiendo a la intemperie sólo por conseguir el último modelo de smartphone del mercado. Las unidades son limitadas, y eso provoca todavía más deseo de poseerlo. El principio de escasez actúa como motivador por sí mismo.
Lo ideal sería conjugar una dosis certera de cada principio para lograr el efecto óptimo sin excederse en su uso ya que podría causar el efecto contrario. Así que ponte en marcha y comienza a aplicar los principios de persuasión en tu negocio y verás que es posible que mejore sustancialmente.