Singulares, no locos
Por suerte, existe un tipo de perfil que no entiende de modas ni de tiempo. Apuesto que conoce alguna persona que se desvía de lo considerado «normal», cuya trayectoria está marcada por su carácter disparatado. Esa clase de personas sobre las que recae, con frecuencia, el peso de la incomprensión por ser consideradas seres extraños. Quizá los extraños seamos todo el resto que preferimos la comodidad de andar de puntillas, a rebufo del resto del rebaño.
Si tienes la fortuna de conocer a alguien que no deja de sorprender, que tiene ideas descabelladas y un poco alocadas, no desperdicies las experiencias que te puede brindar. Es posible que te lleves algunas enseñanzas extremadamente válidas para tener una vida de lo más satisfactoria. No en vano, la Historia está repleta de personas ilustres, genios, que fueron tachados de locos al exponer sus trabajos o teorías, y al final, empujados por su independencia y sus instintos, han logrado deshacerse de la influencia de los que se atreven a juzgar.
Será por ésto que los excéntricos de nuestra especie toleran la frustración mejor que el resto y que, además, la liberación que sienten con respecto a las opiniones ajenas les facilita el camino hacia el triunfo debido a su escaso miedo al fracaso. Su actividad cerebral es diferente, no se conforman hasta que no consiguen lo que quieren, lo que les suele acarrear cierta obsesión. Son atrevidos y no se plantean si van a contracorriente o no, siguen sus intuiciones.
Simultáneamente, son tan receptivos que acaban por acumular gran cantidad de datos que les serán de gran utilidad para generar nuevas ideas o conocimientos. Están preparados para estar abiertos al cambio y a nuevas experiencias que mitiguen sus insaciables aspiraciones.
Estamos describiendo los rasgos que actualmente se valoran gratamente en grandes compañías, en el ámbito del marketing, o en cualquier esfera, en realidad, ya que aportan creatividad y diversidad lo que, sin duda, enriquece y ayuda a alcanzar cierto éxito. La desinhibición cognitiva es incompatible con el temor y tan eficaz para destruir los filtros que oprimen las manifestaciones de esa peculiar naturaleza. Haz tú mismo la prueba. Pinta un cuadro o escribe algo pero antes libérate de tus ataduras mentales, sólo déjate llevar por lo que tu interior te dicte y te sorprenderá el resultado. Te aseguro que repetirás.
Sin embargo, hay que diferenciar a un excéntrico de un sujeto que padezca algún tipo de trastorno mental. No es igual ser extravagante por personalidad que por tener esquizofrenia.
Así que, tengamos cuidado con forzar a estos individuos a abrazar la normalidad por miedo a que se conviertan en seres patológicos. Si ellos son locos, igual nosotros somos bobos. Bien al contrario, hemos darles espacio, su lugar en el mundo para que puedan expresar con total libertad su originalidad. Comienza por no etiquetar de loco, maniático o chiflado a quien mira las cosas desde otra perspectiva o con otras lentes. A veces, los convencionalismos están para saltárselos, los prejuicios, casi siempre. Concibamos sociedades variadas, que valoren y respeten lo extravagante igual que se valora y se respeta lo corriente.