Los Psicópatas, trastorno antisocial de la personalidad
Este desorden se caracteriza principalmente por la falta de adaptación social, por la imposibilidad de aceptar normas sociales y legales y por la indiferencia hacia las emociones de los demás.
Los que sufren de este trastorno, también llamados psicópatas, son personas insensibles, que no han incorporado valores, que no tienen miedo ni compasión.
Sin embargo, parecen personas encantadoras, porque tienen carisma pero son hábiles manipuladores que pueden ser criminales perfectos desde su juventud.
Las investigaciones confirman que se trata de individuos con graves fallas cerebrales, que son propias de los sujetos que tienen conductas antisociales.
Kent Kiehl, de la cátedra de Neurociencia de la Universidad de Nuevo México; y director del Mind Research Networdk de Alburquerque, se especializa en psicópatas.
Aplica técnicas de formación de imágenes a presos de las cárceles estatales con la intención de obtener el escaneo de mil cerebros por año.
No todos los psicópatas son asesinos e incluso algunos ni siquiera son violentos, además no todos los asesinatos los provocan las personalidades antisociales.
Sin embargo, pueden ser asesinos en potencia, porque son insensibles y no tienen empatía ni moral y porque también presentan anomalías cerebrales.
Las zonas del cerebro afectadas son la corteza prefontal y el lóbulo temporal, principalmente la amígdala, el hipocampo y el giro temporal superior, regiones que participan en las reacciones de temor, relacionadas con el sentido moral y con la compasión.
Existe también una predisposición genética común en las conductas antisociales, que solamente influyen en el comportamiento cuando además los individuos tienen como antecedentes experiencias infantiles traumáticas.
Los investigadores registran que el uno por ciento de la población masculina, en Norteamérica, presenta los rasgos característicos de psicopatía y que un tres por ciento sufre de desorden antisocial de personalidad; y en el caso de las mujeres este porcentaje desciende a menos de la mitad.
Los rasgos de psicopatía son las manifestaciones más atenuadas del trastorno antisocial de la personalidad propiamente dicho.
El psicópata no se distingue del resto de la gente porque se muestran atractivos y elocuentes, tienen alta autoestima y fuerte magnetismo personal, pero también son egocéntricos y autoritarios.
Tienen la habilidad de transformarse para adaptarse, son mentirosos y no tienen ningún escrúpulo, logrando engañar con gran habilidad al más avezado.
Los psicópatas suelen ser excarcelados antes que otros presos por su propio encanto y poder de persuasión y algunos de ellos logran alcanzar cargos importantes por su gran capacidad de manipulación.
Son fríos, se saben imponer y son inteligentes y competentes, pero con una cosmovisión que parte de premisas falsas. Sin embargo, tienen grandes posibilidades de ascender en sus profesiones y ocupar altos puestos de poder.
Carecen de los impulsos naturales que permiten respetar a otro, no sienten culpa ni remordimiento, pero aunque pueden detectar las emociones de los demás son insensibles e incapaces de identificarse con sus sentimientos.
La habilidad de poder darse cuenta de los estados emocionales de otras personas les permite elegir a sus víctimas, que son aquellas que tienen expresiones tristes y de fracaso y que se muestran indefensas y vulnerables.
La psicopatía no se encuentra definida en el ámbito científico ya que figura como una forma especial de trastorno de la personalidad, al que se le puede asignar indistintamente los términos antisocial, disocial o psicopatía.
Los criterios generales para detectar este trastorno son:
– La falta de adaptación a las normas sociales y legales
– Habilidad para mentir y estafar para beneficiarse personalmente o por simple gusto.
– Falta de control de impulsos y de capacidad para planificar el futuro
– Carácter irritable, violento y agresivo
– Actitud imprudente, audacia extrema, no perciben el peligro y no tienen consideración hacia los demás.
– Son irresponsables en el trabajo
– Son indiferentes, no tienen remordimiento ni necesidad de justificación.
El psicópata desprecia y viola los derechos de los demás y ese patrón de comportamiento antisocial comienza a manifestarse a partir de los quince años, incluso antes.
Fuente: “Investigación y Ciencia-Mente y Cerebro”; Simona Einzmann; número 43/2010.