El Triángulo Amoroso
En los amores contrariados, todos salen lastimados
Los amores contrariados son experiencias que ocurren todos los días. Una mujer ama a un hombre en secreto pero él está enamorado de otra mujer; o un hombre quiere a una mujer que ama a otro hombre que no es él.
La desdicha es la protagonista principal de estos dramas y dado las tragedias que suele provocar este tema muchos escritores famosos lo han aprovechado para escribir sus libros.
Por qué una mujer se empeña en poner sus ojos en un hombre que ya tiene una mujer? Y por qué a un hombre le puede interesar una mujer casada?
En el caso del hombre, que no respeta el compromiso con su mujer, esta conducta es la prueba suficiente para predecir su comportamiento futuro, sea quien sea la persona de turno.
No hay peor ciego que el que no quiere ver, dice el refrán, y es cierto que una joven que se siente atraída por un hombre que parece corresponderle, no se de cuenta por mucho tiempo que se trata de alguien con compromisos previos.
Los hombres casados o comprometidos con parejas más o menos estables, tienen poco tiempo libre, principalmente los fines de semana. Hay que desconfiar de parejas que sólo pueden salir después del trabajo y que nunca pueden compartir los feriados.
La baja autoestima es la condición necesaria para establecer vínculos prestados, como si las personas no se sintieran capaces de conseguir la atención de alguien con exclusividad.
Hay mujeres que hasta se enorgullecen de sus amores imposibles, compartiendo una mísera porción de su vida con alguien idealizado que casi siempre está ausente.
Entonces qué hay que hacer? Cómo evitar enamorarse a primera vista? Hay que estar siempre a la defensiva evaluando pérdidas y ganancias, también con respecto a los sentimientos?
El control de impulsos es un signo de madurez. Tanto el impulso sexual como el impulso agresivo se pueden controlar. No podríamos andar por el mundo matándonos unos a otros con la pretensión de darle rienda suelta a nuestras pasiones instintivas.
Un humano es un animal simbólico y vive en un mundo de significados. Tiene derecho a ser feliz y a evitar el sufrimiento, por lo tanto tiene que relacionarse con la persona que se lo permita y no convertir su vida en una lucha contra la adversidad que él mismo ha creado.
Detrás de la tendencia a creas vínculos conflictivos suele haber una historia familiar con alguna figura parental que también se ha conformado con las migajas de otro; que se subestimaba poniendo al amor como excusa.
Uno no puede enamorarse de un rostro o un cuerpo solamente. Esa fachada puede ocultar a alguien sin sentimientos, incapaz de respetar a una pareja, que acostumbra a mentir para conseguir sus objetivos y que luego desaparece sin dejar rastros.
No podemos pedirle un currículum a alguien en la primera cita, pero podemos observarlo detenidamente y escucharlo cuidadosamente en ese primer encuentro que es muy revelador si no estamos obnubilados por el velo de la negación.
A la mayoría de las personas les cuesta ocultar como son y siempre suelen mostrar su lado oscuro y sus conflictos desde el primer momento; sólo hay que aprender a ver.
Suele pasar lo mismo en la primera entrevista que tiene todo psicólogo con su paciente, si presta atención a su comportamiento desde que toca el timbre de la entrada.
Su modo de caminar, si mira a los ojos cuando habla, si es inseguro y pide permiso para entrar, para sentarse, para hablar, o si se muestra desenvuelto y tranquilo.
Todo el comportamiento nos indica con quien estamos tratando, aunque se trate de un muy buen actor.
La vida es bella y es como una gran vidriera repleta de cosas que nos gustan. Para ser felices sólo tenemos que tomar selectivamente lo que necesitamos, que no es mucho, y desconfiar de aquello que todos quieren.
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