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La asociación libre

Publicado por Betina Ganim

La asociación libre es el nombre que Freud le dio a lo que conocemos como la regla analítica por excelencia, fundamental en un tratamiento analítico que se precie de tal.

Es una regla técnica que utilizaba Freud con sus pacientes analizantes para que se liberaran de todos los prejuicios conscientes que determinaban su discurso, pudiendo así -“libremente”- hablar de cualquier cosa, sin interponer prejuicios sobre lo que se decía.

Así como del lado del paciente tenemos, esperamos, proponemos la «asociación libre», del lado del analista, siguiendo a Freud, situamos la “atención flotante”. Es decir, el analista tiene que tener la escucha suficiente como para no detenerse solo en los dichos y hechos que cuenta un paciente, sino que hay que escuchar la enunciación de lo que se dice con lo que se está diciendo…

Ya que en psicoanálisis apuntamos a un sujeto del inconsciente, a un sujeto de derecho. Quiero decir, un sujeto responsable de lo que dice…y también de lo que hace y no hace…

Así sea un error en el discurso, un olvido, un lapsus o un chiste, el analista con su atención flotante, lo apuntará -o intervendrá con alguna interpretación- según sea el momento lógico de la cura.

Sabemos que cuando uno intenta transmitir cuestiones técnicas en psicoanálisis, hay que advertir que esto no se trata de un abc, ya que en tanto apuntamos a la singularidad de cada sujeto, es imposible que contemos con reglas establecidas para todos.

No hay un manual de cómo hacer con todos. Hay principios éticos, fundamentos teóricos, verificaciones clínicas que nos van indicando de alguna manera por dónde ir con un paciente en particular.

Sobre todo se ha hablado mucho (siguiendo a Freud en su analogía con el juego del ajedrez) desde siempre de la apertura y de los finales en los tratamientos psicoanalíticos, pero del “medio juego”, de lo que pasa en el medio entre las entrevistas preliminares al análisis en sí, y un posible final de análisis, las jugadas del «medio juego» son lo más singular… Y para eso tenemos la presentación de casos clínicos. No por nada Freud necesitó presentar el historial de Dora para hablar de Histeria -y los que lean el caso verán de lo que hablo cuando digo lo particular del «medio juego».

Es en este sentido que decimos que la consulta a un analista no empieza con la indicación de quien dirige la cura de “hable de cualquier cosa” (la regla de la asociación libre) sino que pensamos que existe una lógica en la cura y que esa lógica conlleva el hecho de que es preciso que antes de instaurar tal regla analítica, exista un sujeto del inconsciente en juego. No basta con que haya un “paciente”, sino un sujeto supuesto. De otra manera, las asociaciones de un paciente pueden no ser tan “libres”.

En la época de Freud, dado su posición en la cultura, su lugar en el saber de la época, los pacientes casi se le ofrecían , contándole sus sueños en un tren, e incluso en un paseo la gente le le contaba a Freud sus síntomas, sus sueños, etc. Pero hoy en día esto no pasa…

Entonces con Lacan y su Escuela se fueron reconfigurando cuestiones que atañen a darle un marco a lo que es el pscioanálisis y sus herramientas a falta de reglas técnicas preestablecidas.

Suele pensarse que el hecho de ir a hacer una consulta analítica, implica llegar y acostarse en el diván empezando a hablar de cualquier cosa…o de la infancia… Eso, lo sabemos quienes practicamos el psicoanálisis, no lleva a buen puerto si no hay una orientación ¿hacia donde? Hacia un final.

Pero es preciso que primero -lógicamente hablando- exista un primer paso para que luego se instale un supuesto saber inconsciente, una apertura del inconsciente que habilite esa asociación libre, y así apuntar y apostar a un final.

Pero esto es paso a paso.