El Amor y el Embarazo
Cada día hay más menores que quedan embarazadas, que se encuentran en situaciones precarias para hacerse cargo de la crianza y la educación de un bebé.
Los hospitales tienen registros de muchas chicas de menos de 15 años en estado de gravidez que incluso no tienen una pareja estable y a veces tampoco cuentan con una estructura familiar que las pueda contener.
Sin embargo, ya sea por ignorancia, por amor, o por debilidad, participan de una relación sexual que la mayoría de las veces no disfrutan, sin ningún respeto por si mismas y sin tener en cuenta las consecuencias.
Aún estando casados, toda pareja debe realizar una planificación familiar y conocer los medios anticonceptivos que sean más adecuados para ambos; porque no siempre los jóvenes están dispuestos a enfrentar la responsabilidad que implica el cuidado y la atención de sus hijos.
Vemos a diario familias enteras deambulando por la ciudad mendigando porque no tienen una vivienda ni trabajo, viviendo en la calle sin esperanza de resolver sus problemas a largo plazo.
Esa situación tal vez los adultos pueden tener la fortaleza de sobrellevarla, pero los niños están más expuestos a sufrir enfermedades debido al frío, la mala alimentación y la falta de higiene.
A veces no se puede programar la vida con demasiada exactitud y pueden ocurrir cosas imprevisibles, pero también es cierto que más vale prevenir que curar.
Prevenir infortunios exige una mirada más atenta, ver más allá de lo inmediato y no dejarse llevar por las pasiones que nos pueden conducir a dar el mal paso.
La mujer es la que tiene que saber controlar toda situación que la compromete y pretende excederse de lo que ella quiere; porque el varón no pierde nada y si es muy joven, es altamente probable que nunca se haga responsable de las consecuencias de sus actos.
Esta eventualidad es tan antigua como el mundo, la mujer criando sola a su hijo y a la vez tratando de ganarse la vida de cualquier forma, cosa que no es nada fácil y menos con un niño.
Ha sido el tema de innumerables novelas de amores contrariados, pasiones imposibles y de grandes sufrimientos.
La regla es que es la mujer la que pierde la mayor parte en este reparto, porque se queda la mayoría de las veces sola y muchas veces sin el apoyo de sus padres.
Creer en las palabras de los hombres en un momento de pasión es una utopía, porque cuando se enfrentan a la cruda realidad, comienzan a ver las cosas de manera diferente y la tendencia es que huyan de las obligaciones sin ningún escrúpulo.
Los niños necesitan a sus padres y un hogar para ser sanos y felices. No tenemos derecho de privarlos de esto que es lo más elemental e indispensable para ellos, tan importante como la buena alimentación y el abrigo.
¿Qué autoestima puede tener un niño si en vez de ser la alegría de un hogar es un problema?, un serio problema que a veces se suele solucionar en forma drástica realizando un aborto.
Además de la responsabilidad moral que implica un aborto, esta intervención tiene sus riesgos y puede significar la amenaza de que la mujer quede estéril.
No siempre las condiciones de higiene de los que realizan este tipo de operaciones son óptimas y no solamente se pueden contraer enfermedades sino también infecciones o hemorragias difíciles de revertir y que hasta pueden ocasionarle a una mujer la muerte. Mientras tanto el hombre ha pasado un buen rato disfrutando de un momento muy placentero sin tener que enfrentar ningún riesgo y es probable que en ese momento se encuentre bien lejos.
Detrás de una mujer muy joven embarazada debido a una relación ocasional, fruto de un arrebato, hay una chica con nada de autoestima, que probablemente siga cometiendo los mismos errores, trayendo al mundo niños que quedarán seguramente desamparados, probablemente sufrirán privaciones y experiencias de abandono, que influirán en sus vidas y en su conducta, que casi siempre será inadaptada.
La mujer que se respeta a si misma y cuida su cuerpo es más valorada y más respetada.