Céntrate en concentrarte
Los quehaceres y obligaciones diarias ocupan todos nuestros pensamientos sin que nos demos cuenta. De repente, nos encontramos con que nuestra menta está tan dispersa que no logramos concentrarnos en lo que estamos haciendo en este preciso momento. Mantener un nivel de concentración más profundo se nos antoja una tarea del todo imposible.
Hoy, intentaremos proporcionar unas pautas sencillas para poder conectar con más profundidad hasta lograr abstraernos de las distracciones. En primer lugar, suena a perogrullada pero es indispensable estar relajado para lograr concentrarse. La relajación permitirá iniciar en proceso en el estado óptimo corporal y mental. En caso de no lograr la relajación por sí mismo, no dudes en pedir asesoramiento a un profesional que le proporcionará las orientaciones pertinentes.
Después, escoge un ejercicio que requiera ejercitar la concentración como contar del 1 al 100 visualizando el número, mantener la vista en un punto fijo centrando toda la atención en ese lugar preciso, o intentar permanecer lo más inmóvil posible mientras estás sentado. Otros prefieren actividades como repetir un mantra u observar con detenimiento el agua dentro de un vaso.
A continuación, practica el ejercicio hasta que consigas dominarlo. No creas que lo lograrás en el primer intento pero no desesperes, el entrenamiento irá aumentando tu habilidad. Pronto serás testigo de tus avances.
Es recomendable que al principio, dediques un par de minutos y vayas alargando el tiempo conforme vayas adquiriendo destreza en el asunto. No creerás lo largos que se pueden hacer dos minutos mientras intentas concentrarte.
Los beneficios de saber concentrarse son incalculables. Desde activar al cerebro para resolver problemas con más rapidez, hasta que las imágenes mentales dejan una huella más profunda en nuestro cerebro, pasando por la liberación que supone poder controlar tu atención y acabar con la esclavitud de nuestros pensamientos.
Como todo lo que merece la pena en la vida, necesita constancia, disciplina, y esfuerzo. Una vez que decidas entrenar tu habilidad de concentración para mejorarla, tendrás que comprometerte contigo mismo a dedicarle un tiempo a diario, durante un periodo de tiempo lo suficientemente amplio como para crear el hábito. Según vayas alcanzando agilidad, aumenta la dificultad de los retos para seguir enriqueciendo esta aptitud.
Esta acción repercutirá directamente en ti de alguna manera. Rendirás más en los estudios y tus calificaciones mejorarán notablemente. En el trabajo, podrás ser más eficaz ya que centrándote en una tarea cada vez pero con el 100% de tu atención y capacidad puestos en ella, reducirás el tiempo empleado, dando paso a la siguiente tarea. Mantendrás los estímulos de tu alrededor a raya y la calidad de tus actuaciones se incrementará automáticamente.
Simultáneamente, nos beneficiaremos de una reducción del cansancio que supone dispersar la atención en actividades diferentes que,a veces, ni siquiera tiene relación entre sí. Lo más probable es que el desempeño se simplifique y se dividan tareas complejas en tareas más sencillas. Esta estrategia es denostada con frecuencia por ser percibida, erróneamente, como una pérdida de tiempo, pero, bien al contrario, suponen un ahorro de tiempo y de carga de trabajo considerables.