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Cómo evitar ser un quejica

Publicado por Israel Rios

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Hay estudios que dicen de forma completamente comprobada que ser positivo es muy beneficioso para nuestra salud física y para nuestra salud mental. Esto quiere decir que cualquier forma de negatividad en nuestra mente y en nuestras emociones debe de ser completamente desterrada de nosotros.

Una de estas formas de negatividad es sin duda, la queja. El quejarnos constantemente de alguna situación no hace sino agravarlo todo, hacer que la posible solución no llegue y nos provoca una pérdida de energía que acaba afectando a nuestra salud irremediablemente.

Te vamos a poner un reto que debes de asumir. Intenta durante todo un mes no emitir ni una sola queja por absolutamente nada, ni por dentro, no por fuera. Esto no significa que tengas que hacer todo lo que te digan sin rechistar, sino que aquello que no quieras hacer no tienes porqué hacerlo pero todo aquello que tienes que hacer si o si debes de llevarlo a cabo sin emitir ninguna queja.

Esto va a repercutir de forma positiva en nuestra salud tanto a nivel físico como mental. Lo único que debes de hacer es dejar de lamentarte constantemente por todo. Seguro que si investigas, aunque creas que eres una persona que no se caracteriza por ser quejica hay momentos y circunstancias en las que seguro que no lo puedes evitar.

Las quejas son algo completamente habitual en nuestra sociedad. Se dice que lanzamos al menos una queja por minuto en cada conversación que tenemos, tanto nosotros como nuestro interlocutor. La realidad es que dejar de quejarse es realmente sencillo y es una forma de direccionar esa energía en cosas más productivas, provechosas y que no nos hagan daño.

Según estudios occidentales, en una conversación en nuestra cultura solemos quejarnos sobre algo alrededor de 50 veces cada hora de conversación. El problema es que al quejarnos, al emitir una simple queja, nuestro cerebro inmediatamente lanza una respuesta de estrés de tal forma que al ir acumulando quejas el estrés en nuestro organismo va creciendo lo cual no es nada beneficioso.

Esto no solo sucede cuando nos quejamos por nosotros mismos sino cuando escuchamos que alguien se queja de tal forma que nuestro organismo responde con estrés.

Hay áreas de nuestro cerebro que a la larga se dañan por la queja continua, zonas que tienen que ver por ejemplo con la capacidad para resolver problemas que es además en lo que más nos quita energía el tiempo que invertimos en las quejas ya que no nos acerca a una solución real de aquello que podamos solucionar y peor todavía cuando se trata de algo que no tiene solución.

Hay alguna claves para aprender a dejar de quejarnos por todo. Lo primero es empezar a prestar atención a nuestros propios procesos mentales para saber de que cosas nos quejamos  de forma habitual y recurrente. En el momento en el que detectamos esos puntos débiles en nuestra psicología es cuando podemos empezar a controlarlos.

Algo que hay que hacer si o si es alejarnos de aquellas personas que están en una continua queja por absolutamente todo ya que son completamente perjudiciales para nosotros.

Aprende a buscar las soluciones en vez de emitir quejas.