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Arteterapia con personas mayores.

Publicado por Lic. Maria V.

El arteterapia es una disciplina con muchas posibilidades de implementación. De manera individual o grupal, en instituciones o de manera privada, con públicos muy diversos, con distintas características.

Es esencialmente aprovechar las potencialidades terapéuticas del hacer creativo y artístico, en un trabajo donde se guía y motiva a la persona para explorarse a sí misma por medio de la transformación de los materiales artísticos. Crear es una manera de construir y de elaborar asuntos propios, pudiendo intervenir de formas muy diversas.

El trabajo puede situarse en el cuerpo y en su movimiento, en una hoja en blanco, o tomando como materia prima la arcilla o cerámica entre tantas otras opciones. La actuación, la creación de títeres o máscaras, la pintura y la música están entre ellas.

La población de adultos mayores es muy fructífera para el trabajo con Arteterapia. Es una etapa vital en la que muchas veces no se encuentra motivación o proyecto. El tiempo libre, la pérdida de seres queridos y la proximidad a la muerte suelen ser asuntos complejos para tramitar desde el punto de vista psicológico. El arte ofrece un hacer que restaura la dignidad, reconstruye la subjetividad y ayuda a fortalecer la autoestima.

En esta etapa se pierden además destrezas físicas y funciones cognitivas. Este deterioro suele producir gran frustración y una sensación de inutilidad, que si no es trabajada suele llevar a decaimiento y en muchos casos depresión.

Trabajar con herramientas de arteterapia puede ayudar a recuperar autonomía y la construcción de proyectos personales que incentiven y otorguen motivación. Expresarse creativamente es una manera, además de dejar legado, impronta propia que trasciende y tiene una existencia independiente a la de la persona misma.

La obra es una expresión del mundo interno de quien la crea pero a su vez, tiene su propia entidad. La creación, en este sentido, ayuda a trabajar la trascendencia, lo que dejamos, lo que puede pasar de generación en generación, lo simbólico y lo que perdura, tan importantes para este momento de la vida.

El arteterapia colabora con el despliegue sensorial, vuelve a reconectar a la persona con el mundo y la ayuda a conocerlo de nuevo, con las mismas herramientas utilizadas en la infancia pero desde otra posición subjetiva. Ese redescubrimiento del mundo y de sus posibilidades es generador de cambios y abre todo un espectro de nuevos y ricas posibilidades.

El arte y la posibilidad creativa abre a una nueva realidad, donde nuevas experiencias son posibles, y esto es sumamente terapéutico en el contexto de quien está atravesando la tercera edad o la vejez.

El espacio de arteterapia favorece, además, el vínculo. La posibilidad de formar parte de un grupo, incluso ahora en la virtualidad, y de comunicar emociones y vivencias a través de lo creado. Es una forma de construir, de ligar y enlazar algo de aquellas rupturas que la distancia, la muerte, las pérdidas o la enfermedad producen.

Volver a confiar en las propias capacidades productivas y transformadoras es una experiencia sumamente enriquecedora para quienes cursan este período. Implica la posibilidad de metabolización de todo lo vivido, conexión con otros, y un acompañamiento lúdico en la etapa final de la vida.