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El Psicólogo Clínico

Publicado por Malena

El Psicólogo Clínico

Si puedes cambiar tu punto de vista, no necesitas un psicoanalista.

Comencé a estudiar Psicología por el mejor motivo posible: para saber. Tenía una asignatura pendiente que era tener una formación universitaria y decidí estudiar lo más placentero para mí.

El que estudia una carrera que le gusta por el sólo hecho de conocer, aprende de la mejor manera y no se olvida jamás.

Cuando me recibí, me di cuenta que lo que había aprendido no me alcanzaba y me dispuse a continuar mis estudios haciendo numerosos cursos de post grado. La formación de un profesional siempre tiene que seguir actualizándose y el aprendizaje no termina nunca.

Aunque mi meta no era trabajar, siempre he tenido oportunidades de ejercer la profesión.

En el transcurso de mi carrera profesional fui comprobando el verdadero rol de un psicólogo. Un psicólogo clínico ayuda a las personas a adaptarse a las distintas etapas de la vida que exigen un cambio.

Durante el desarrollo evolutivo se producen cambios físicos, sociales y psicológicos que las personas normales tienen que enfrentar para poder adaptarse.

Los problemas de conducta siempre se relacionan con los cambios y los conflictos se producen frente a situaciones nuevas.

Una persona puede llegar a vivir muchos años estancada y sufriendo porque no superó un cambio en su vida y no pudo adaptarse.

Existen muchas teorías psicológicas, pero la única considerada científica es la que tiene como objeto de estudio la conducta que es la única variable que se puede observar y medir en un laboratorio.

Las teorías que tienen como objeto de estudio el inconsciente o la introspección como método, no se consideran científicas pero tienen valor como teorías fundamentadas teóricamente, por la coherencia de sus argumentos y apoyadas por las historias clínicas de muchos pacientes.

Considero que todo psicólogo para lograr su identidad profesional tiene que comprometerse con una postura filosófica personal, lo suficientemente flexible como para adaptarse a la renovación y al cambio.

En mi labor profesional me identifico con una postura existencial espiritualista, considerando al hombre como un ser que tiene oportunidad de elegir su existencia y existiendo va dándole forma con sus actos, llegándose a definir sólo en la lápida cuando muere, porque hasta el último minuto de su vida tiene la posibilidad de cambiar.

La tragedia del hombre es tener que elegir cada minuto de su existencia, sin apuntador, y cada elección lo compromete y lo responsabiliza para siempre.

Además, creo que somos más que un cuerpo, somos también un espíritu eterno, capturado en un espacio tiempo con un propósito.

Un Psicólogo además, no puede ignorar los valiosos conocimientos de otras teorías como el Psicoanálisis, psicología profunda que analiza las motivaciones inconscientes de nuestra conducta; las Teorías Cognitivas que estudian los fenómenos de la percepción, el Conductismo con sus técnicas de aprendizaje y sus fórmulas para erradicar malos hábitos, la Psicología Experimental, que estudia la conducta, tampoco los tests psicológicos que miden el comportamiento humano, y posturas modernas como la teoría Transpersonal, uno de los últimos aportes .

No ignorar ninguna teoría psicológica es lo deseable para que todo psicólogo pueda orientarse en forma coherente hacia el modo más operativo de tratar a cada paciente como una persona única.

La experiencia es lo único que le permite a un psicólogo realizar la síntesis necesaria y comprender que la única teoría es que no hay teoría, porque lo importante es captar lo esencial que tiene cada una y aplicarlo adecuadamente según las necesidades de cada persona.