Ingeniería Genética
Por mejor que tratemos a nuestro cuerpo la duración de nuestra vida está limitada, y esto nos hace apreciar más el paso de los años.
Con la edad cambia la percepción del tiempo y esto modifica la forma de ver el mundo A medida que envejecemos el tiempo parece pasar más rápido exteriormente mientras que interiormente experimentamos el paso del tiempo en forma más lenta que el reloj.
No todas las especies viven un lapso igual de tiempo. Hay árboles en el mundo que viven miles de años y siguen dando frutos. Los ratones viven aceleradamente, apenas llegan a los dos años, algunos insectos sólo viven un día y un elefante alcanza los setenta años.
El tiempo de vida de cada especie parecería estar limitado por la biología.
La persona que alcanzó hasta ahora la edad más avanzada fue una mujer francesa que murió en 1997 a los 122 años. Pero actualmente hay muchas personas que llegan a vivir más de cien años, lo que significa que la vida se está alargando para el hombre.
El hecho de que haya especies vegetales que pueden vivir miles de años y que la extensión de la vida se haya alargado en los humanos, nos permite preguntarnos si realmente estamos condenados a vivir con suerte, sólo hasta algo más de cien años.
El hombre es la única especie que sabe que va a morir. Ser consciente de esta realidad, valoriza el hecho de estar vivo, permite apreciar lo importante, jerarquizar valores, disfrutar más y también ser más humildes al considerar la evidencia de nuestra condición transitoria.
El hombre siempre ha buscado una respuesta sobre su finitud. La religión es una posible respuesta sobre el misterio de la vida y la muerte, porque le otorga eternidad al alma. Esta verdad revelada confirma nuestra propia convicción de ser eternos.
Durante la Edad Media, cuando dominaba el dogma como base de la filosofía, la muerte se consideraba natural. Ahora el mundo es mucho más escéptico y se buscan pruebas científicas sobre la posibilidad de la reencarnación.
Los expertos en genética afirman que podríamos no estar programados genéticamente para morir sino para vivir porque no existen genes que produzcan envejecimiento sino que las células simplemente dejan de funcionar. La estructura de la piel se deforma, las células acumulan lesiones irreparables, los huesos se desgastan y se quiebran, etc.
Sabemos que el envejecimiento corporal no se relaciona estrictamente con la edad biológica y que cada parte del cuerpo puede llegar a tener diferentes edades, es decir que el envejecimiento no es regular con el paso del tiempo.
Los responsables del envejecimiento de las células son los radicales libres que alteran la información de las células para funcionar adecuadamente. El cuerpo humano posee un mecanismo para absorber gran parte de ellos pero no puede eliminarlos a todos.
La ingeniería genética descubrió que modificando o mutando un gen de un gusano le multiplica su expectativa de vida. La modificación de un único gen tiene un efecto sorprendente, aumenta el mecanismo reparador, lo torna más resistente y pueden vivir hasta seis veces más. Los investigadores consideran que este mecanismo podría funcionar también en los humanos.
El microorganismo de la levadura vive eternamente si tiene alimento. Se implantaron genes humanos en la levadura y siguieron viviendo, a pesar de la diferencia gigantesca que existe entre ambos.
Pero, ¿El hombre está preparado para vivir mucho más? En realidad el hombre no desea vivir más tiempo siendo viejo sino que lo que necesita es postergar el proceso de envejecimiento.
Los científicos aseguran que no sólo se podría retrasar este proceso sino también revertirlo, logrando que una persona de sesenta años cronológicos tenga una edad biológica de cuarenta años o menos.
Lo único que impediría seguir viviendo serían los accidentes y los homicidios porque teóricamente se aventuran a creer que el hombre podría llegar a vivir mil o dos mil años.
¿Cuáles serían las implicancias psicológicas de todo esto? Colapso del sistema provisional, superpoblación, aburrimiento, polución, más guerras por los recursos o el territorio, etc.
¿La gente realmente estaría dispuesta a someterse a ese tratamiento que le abriría las puertas casi a la inmortalidad?
Los resultados de las encuestas son dispares, algunos prefieren morir como hasta ahora porque piensan que la vida tiene sentido porque existe la muerte y otros tienen verdadero interés por seguir viviendo.