Inseguridad y baja autoestima.
¿De qué manera se relaciona la inseguridad y la baja autoestima? y, ¿por qué es un tema siempre actual y necesario de abordar?
Si nos abocamos a las relaciones simples entre estos términos el amor (la estima) es la que posibilita la construcción, la ligazón a la vida, la confianza y la seguridad.
A través de los primeros vínculos el amor, en ese intercambio, va habilitando y desarrollando la autoestima y la seguridad.
A un/a niño/a pequeño/a estar en un vínculo de amor y contención le aporta sensación de seguridad. Es, literalmente, gracias a ese sostén que puede sentar las bases, percibir la solidez que lo contiene para poder crecer.
El amor y la seguridad tienen mucho que ver. El amor, entendido como capacidad genuina de contención emocional y disposición. Se puede amar pero no saber como transmitir o demostrar ese amor. Se puede amar pero tener la mente y las emociones entorno a otros temas que impiden que ese amor sea transmitido correctamente.
Si esa contención emocional en la infancia se percibe insegura o inconsistente se pierde la sensación de seguridad (si alguna vez se tuvo).
Puede generarse entonces una sensación de inseguridad frente a uno/a mismo/a y frente al entorno y,en muchos casos, una percepción de que la supervivencia tanto física como psíquica peligra.
Entendemos, entonces, que la autoestima se construye y posibilita a partir de un vínculo, que funda esa posibilidad de amor hacia uno/a mismo/a y hacia otro/as y que, a la vez, es posibilitador de seguridad: confianza en lo propio, confianza en que el mundo es un lugar seguro.
La baja autoestima está directamente asociada a la inseguridad. Ambas impulsan a la persona a requerir de validación externa constante para poder habilitarse subjetivamente. En muchos casos, esta baja autoestima se manifiesta por medio de autoboicots, y la inseguridad a través de dudas recurrentes y una percepción de que todo lo que se hace es feo, malo o insuficiente.
La opinión de otro/as se vuelve esencial, pudiendo caer por tierra todo lo construido tan sólo por haber recibido una crítica o una devolución contraria a lo esperado.
En muchos casos esta baja autoestima produce, por compensación, personalidades que se observan muy seguras, soberbias y arrogantes. Que reiteran una y otra vez todos sus logros y sus capacidades. Esa reiteración se puede leer como un intento de convencerse a ello/as mismo/as de algo de lo que no están en absoluto seguro/as.
La autoestima se construye. Y se construye siempre en vínculo. Desarmando estructuras previas y permitiendo la validación gradual, la aceptación de las distintas partes de la personalidad y el reconocimiento de las potencialidades.
La autoestima no implica formarse ideas alejadas de la realidad. Es decir, creer que uno/a es capaz de cualquier cosa, a cualquier costo y de cualquier manera. Esto no permite el fortalecimiento necesario para poder tolerar la frustración, que es esencial en el desarrollo de la autoestima.
En la terapia muchas veces, mediante la transferencia, se posibilita un vínculo que habilita y desarrolla estos aspectos. Permitiéndole a la persona desplegarse gracias al encuentro de un terreno seguro, de contención y anclaje.
El tema de la autoestima es siempre actual, porque la sociedad competitiva de la que formamos parte, una sociedad de exposición y de comparación, dificulta el desarrollo saludable en este sentido.
Muchas inseguridades se presentan al salir al mundo, al tener que construir lo propio y validarlo. Por eso resulta tan necesario trabajar estos aspectos, para permitir el desarrollo de una posición más firme a partir de la cual construir y crecer.