La Búsqueda Espiritual
Hay un camino que todos tenemos que recorrer que nos llevará en algún momento hacia la búsqueda del sentido de la vida.
Una de las cosas que la naturaleza nos muestra constantemente es su constante transformación, o sea que la materia viviente puede cambiar en otra cosa pero nunca cesa de existir.
La materia se transforma y la energía es perpetua, por lo tanto, la energía para transformar nuestra materia siempre está a nuestro alcance.
El miedo a cambiar es el miedo a la muerte y dejar cosas, personas y patrones de comportamiento que nos impiden crecer. Esto se hace difícil porque todos los esfuerzos se orientan a evitar o atrasar nuestra muerte física.
El mayor crecimiento psicológico que un ser humano puede hacer es aceptar la muerte.
Cada una de nuestras posesiones materiales es el símbolo de una emoción o una idea. Es posible que cuando se extingue la materia lo que quede sea esa emoción o esa idea.
Todo lo que decimos, hacemos o pensamos parece provocar un impacto energético que no se pierde, que perdura, imprimiéndole cualidades a esa energía.
Somos parte de la naturaleza y estamos vivos y las vidas de otras personas que han existido con anterioridad pueden tener influencia sobre nosotros.
Nuestra mente parece comportarse como una antena y un receptor de radio que emite ondas y capta ondas, vibraciones y resonancias, de modo que todo lo que cualquier ser humano ha realizado en esta vida puede quedar grabado y recuperarse con la mente.
La física investiga la existencia del cinturón Van Allen en las capas exteriores de la atmósfera, que mantiene a ésta alrededor de la tierra. Estos cinturones están compuestos de electrones y neutrones puros y podrían tener la capacidad de grabar contenidos energéticos.
Esta característica explicaría la posibilidad de sintonizar con esa fuente de información y de poder decodificarla.
Estos conceptos podrían explicar de una manera científica muchos fenómenos que suceden que todavía no entendemos porque no conocemos aún las posibilidades de nuestra mente.
La filosofía oriental cree en la reencarnación. Esta creencia puede ser útil para las personas que se consuelan pensando que es una nueva oportunidad para poder hacer lo que no pudieron en esta vida y los puede ayudar a comprender la injusticia humana.
La ciencia y la física cuántica nos están abriendo nuevas perspectivas por medio del concepto de campos de resonancia, que explican las creencias antiguas obtenidas a través de revelaciones espirituales, demostrando en parte la validez de las religiones tanto de Oriente como de Occidente.