La Búsqueda Interior

El hombre necesita saber quién es para lograr insertarse en la vida normalmente y elaborar un proyecto.

Cuando todavía es un niño observa a su alrededor con asombro cómo es su propio mundo y cómo se comportan las personas que conoce. Esa experiencia lo va a condicionar para siempre aunque su forma de asimilarla sea única y diferente.

Mientras se encuentra en la etapa de transición, cuando no es un niño pero tampoco llega a ser un adulto, evolucionará tratando de imponerse con un cierto grado de agresividad hacia lo establecido, independientemente del orden social al que pertenezca, ya sea por medio de la política, por sus acciones y también a través del arte.

Después de esta dolorosa crisis de identidad, que a veces llega a malograr gran parte de la juventud y hasta parte de la madurez de un ser humano, llega la calma y el equilibrio, a través de la aceptación del mundo, porque por fin se toma conciencia que más importante que la afirmación del ego es la adaptación al mundo.

Algunos nunca lo logran, aferrados a su individualidad sin poder reconocerse en los otros, pero para la mayoría representa un puente que hace posible su paso a la vida adulta .

Indígenas de una pequeña población que se encuentra en la selva de Darien, en Panamá, niegan por completo el valor del ego y no reconocen jerarquías políticas, por lo que viven en un sistema basado en el respeto mutuo.

Practican un ritual, como religión, que consiste en reunirse un par de veces al año alrededor de una piragua de madera liviana para cantar y bailar en memoria del Diluvio universal.

Se congregan con el propósito de evitar que regrese el Diluvio, pero no para beneficiarse individualmente sino para bien del mundo entero.

Este ceremonial que parece mágico es una forma religiosa que pone en evidencia la comprensión que posee ese grupo humano de la profundidad del alma, como también del entendimiento de los mensajes de los sueños, el conocimiento de sus instintos y la relación con sus mitos.

Esa forma de religión no es impuesta en forma taxativa sino que cada uno lo practica como quiere.

Esta libertad y respeto por el otro es una constante que les permite vivir la experiencia interior en forma trascendente, que implica una conciencia de unidad con el todo.

Esto es posible cuando el miembro de una sociedad se siente parte de una continuidad que posee la virtud de brindar la sensación de participar en un proceso evolutivo.

La búsqueda interior tiene el propósito de trascender el propio yo e incorporar al mundo para poder de esa manera participar en su creación.