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La Meditación – Técnicas de meditación

Publicado por Malena

la-meditacion La meditación es algo difícil de enseñar porque se podría decir que cada persona puede hacerlo a su manera. Puede significar dejar que aparezcan los pensamientos y observarlos, sin intervenir, sin intentar reflexionar sobre ellos, como quien mira a través de la ventanilla de un tren; o puede consistir en rezar o también en dejar fluir la mente tratando de no pensar en nada.

Hay un lugar, entre los pensamientos donde no hay nada. Introducirse en él es el comienzo para encontrarse con uno mismo.

Se recomienda hacer la meditación sentado cómodamente. No es aconsejable la posición acostado porque nos podemos dormir y es importante estar consciente durante el proceso, porque algunas veces podemos recibir mensajes simbólicos que podemos interpretar para nuestro beneficio.

La constancia es indispensable y si hay enfermedad o tristeza, la meditación permite llegar a un punto de estabilidad y paz interior.

Se recomienda meditar todos los días al menos una vez. Es algo agradable y vale la pena hacerlo, es como un baño de oxígeno y de mente positiva.

Si se ha alcanzado el estado de relajación, entrar en el estado de meditación es muy natural. En este estado, el tiempo deja de ser importante, pareciera que dejara de existir o marchara a un ritmo diferente. Los asuntos cotidianos dejan de ser importantes y los problemas también. Se logra un estado de bienestar y se percibe el mundo desde una perspectiva más universal.

Visualice su cuerpo y la forma en que está sentado, preste atención a todos los sonidos cercanos y luego a los lejanos, sea consciente de ese momento prestando atención a su respiración normal.

Normalmente la meditación ayuda a armonizar el cuerpo, dando salud y equilibrio. Son importantes los ejercicios de visualización relacionados con la respiración. Cuando se aspira el aire es conveniente imaginar que entra la pureza hasta el último rincón de nuestras células, y cuando se exhala, se puede visualizar cómo las impurezas abandonan el cuerpo.

La meditación es un excelente mecanismo para elevarse a una dimensión superior independientemente de cualquier religión. El campo espiritual es el que más libertad y paz interior da, porque nos libera del temor a la muerte, no porque se ignore, sino porque se llega a comprenderla y se entiende que no sólo somos materia sino algo más que es eterno fuera del espacio y del tiempo.

Meditando no sólo nos mejoramos a nosotros mismos sino que este bienestar se extenderá a nuestro alrededor produciendo beneficios a los demás. Los problemas no desaparecerán pero nuestra percepción será diferente y más rápidamente aprenderemos de ellos para seguir adelante.

La meditación es una técnica milenaria de origen oriental, aunque en todas las religiones también se practica.

La cultura occidental, competitiva, consumidora, racionalista y materialista, donde casi no queda lugar para el desarrollo espiritual, se siente inclinada a observar estas prácticas en un intento por liberarse de la confusión de la sociedad en que vive.

Todas las religiones tienen muchas cosas en común, sólo que esta cultura está disociada, la religión es una cosa y la vida otra. El hombre está fragmentado, sus pensamientos no coinciden con sus hechos y no concuerdan con lo que dice.

Esta paradoja convierte a la sociedad en un caos donde el individualismo predomina.

El mundo sólo puede cambiar cuando cada individuo cambie desde adentro. La verdadera revolución es la interior.