La Psicología y la Sugestión
Enamorarse, concentrarse y entregarse son estados de trance.
La sugestión es un estado psíquico provocado en el cual un individuo experimenta las sensaciones e ideas que le son sugeridas y deja de experimentar lo que se le indica que no siente.
Existen distintas maneras de producir este estado, una de ellas es la hipnosis, otra se basa en la autoridad, y otra forma sería insinuando ideas de tal modo que se llegan a considerar como propias.
La hipnosis puede ser una herramienta eficaz como tratamiento, para erradicar hábitos nocivos y también para el tratamiento de las fobias.
La mayoría de las personas pueden ser hipnotizadas y llegar a un estado de trance. Este estado se logra cuando se puede concentrar la atención en un objeto y se logra perder la atención periférica, desapareciendo en este estado la inhibición y el juicio crítico.
Todos tendemos a concentrar la atención frente a estímulos repetitivos. Cuando estamos absortos logramos la concentración necesaria para caer en un estado de trance.
Enamorarse es un estado hipnótico, se pierde la atención a todo lo demás y no se razona.
La hipnosis de carretera es la que se produce cuando manejamos un vehículo en línea recta por largo tiempo.
Durante el estado hipnótico la percepción cambia y es dirigida para ver cosas que no existen o para ver la realidad diferente.
Sin embargo, la sugestión no es pasiva; la evidencia indica que los hipnotizados «eligen» concentrarse, se entregan y estan más dispuestos.
Durante el estado de hipnosis no se corrigen los errores, el cerebro está consciente pero hay una parte del mismo que no le importa.
La fe y la creencia juegan un papel importante. Se le puede enseñar a un paciente a anestesiar una parte de su cuerpo para practicarle una operación quirúrgica (por ejemplo: concentrándose en mantener la boca húmeda).
El cerebro es como una computadora que podemos programar con nuestro pensamiento.
El poder de la sugestión permite que el cerebro decida como interpretar las sensaciones.
El dolor bajo hipnosis se interpreta diferente porque el cerebro puede disociarse para no sentir dolor.
Una forma de sugestión basada en la autoridad es la que se utiliza con fines bélicos. Las fuerzas armadas pueden reorganizar la mente de los soldados y convencerlos que están haciendo lo correcto.
Hitler tenía una personalidad hipnótica, voluntad, fuerza, dominio, atracción y carisma y la gente podía ser adoctrinada y manipulada, obedeciendo ciegamente sus órdenes.
Las sectas usan métodos de disuasión para atraer a la gente, cambian sus mentes, se quedan con su dinero y los convencen para que hagan lo que ellos quieran.
La hipnosis también se utiliza en la práctica forense. Bajo hipnosis los testigos pueden recordar nombres de personas y lugares que habían olvidado.
Pero también bajo hipnosis se pueden implantar recuerdos, induciendo a recordar cosas no vividas propuestas por el hipnotizador.
La meditación es una forma de autohipnosis y sólo se puede lograr con la concentración y la entrega.
La salud física también puede ser afectada por sugestión según lo que pensamos o creemos.
El efecto placebo es un ejemplo. Experimentos con ultrasonido contra el dolor de muelas comprobaron que el grupo al cual se le hacía la aplicación con el aparato desconectado también dejó de sentir dolor e inclusive mejoró de la inflamación.
La clave está en creer. Si creemos funciona.