De Psicoterapias
Hoy quiero hablar de algo que muchos me preguntan ¿qué diferencia hay entre el psicoanálisis y una psicoterapia?
No es La respuesta, sino una posible; una arista para abordar esta pregunta.
Por ejemplo, me preguntan si se hipnotiza a la gente…
Freud mismo desechó la hipnosis como técnica a principios del siglo XX…no entiendo la pregunta…Me sorprendo, me descoloca esa pregunta…¡Que no hipnotizamos a la gente!
A ver, un esfuerzo más de respuesta…
La hipnosis hace mucho ha dejado de usarse como psicoterapia, por descubrir ya Freud a principios del 1900 que no es efectiva a los métodos analíticos; la hipnosis no es psicoanálisis, no implica la ética analítica -que es la de apuntar a un sujeto del inconsciente, implica la ética y la política del deseo, de que un sujeto de deseo se construya en análisis.
Pero, lo cierto es que hoy en día -la pregunta viene por ese lado- aún La hipnosis se sigue practicando. Y no en el sentido de espectáculo, que no está mal…(el hijo de Tu Sam sigue haciendo esto? El padre lo hacía muy bien…)
El tema es cuando se utiliza hipnosis en la dirección de la cura de un paciente…
Es que la hipnosis es sugestión… La sugestión es un factor más que poderoso nos dice Freud… Luego Lacan retomará esta cuestión para decir que cuando un analista no tiene clara su política, hacia dónde va, termina haciendo ejercicio de un poder. La sugestión es poder sobre el otro…
Y la cura, por lo menos la clínica orientada por la enseñanza de Freud y Lacan, no va por el lado del poder… O no tiene que ir por ahí…
El tema es que, insisto, la hipnosis se utiliza hoy día como una psicoterapia…que se ofrece como tratamiento para el malestar psíquico.
Tal es su reconocimiento como técnica, que la institución que nuclea y regula la profesión y el ejercicio de la psicología en algunos lugares del mundo, lo aceptan como práctica -e incluso la divulgan.
El psicoanálisis, en su teoría y en su clínica, en su práctica, tiene ya más de 100 años de historia, y parece que aún muchos la desconocen.
Ante todo, para la comunidad en general, tiene que quedar claro que Hipnosis y psicoanálisis no es lo mismo…que hablar de la novela de cada uno, del mito individual de cada neurótico no tiene nada que ver con ir a un hipnotizador…
Si bien el psicoanálisis es una «psicoterpia», en tanto tiene efectos terapéuticos digamos, no es como cualquiera. Porque hay analista.
El analista no se puede definir muy bien…tal vez se empieza a definir por su falta, por lo que no es.
Un analista no apunta a engordar el narcisismo, al yo; si bien sabe distinguirlo, lo escucha, no apunta ahí.
En relación al amor de transferencia, este es un fenómeno que incluye al paciente y al analista. El tema es como operar con eso. El analista no opera desde ese lugar, ya nos lo dice Lacan en «La dirección de la cura y los principios de su poder» (1958): el analista debe dejar a la persona ahí, como un tentempié, para que el paciente se dirija a él, a su persona. Todo se amor, ese odio, que el paciente se identifique con ese tentempié; pero el analista debe estar desdoblado, en Otro lugar.
Si bien puede tener sentimientos con alguna u otra cosa que se manifieste en un paciente, no los pone en juego para analizarlo ahí; en todo caso tendrá su espacio de análisis para poner a trabajar eso y ver cómo operar responsablemente con lo que la transferencia despierta en este dispositivo que es el psicoanálisis.
El analista debe analizarse, debe haber pasado por una experiencia del inconsciente.
Un analista no se dedica a «normalizar» a sus pacientes, a hacerlos adaptables al sistema…en todo caso se dirige al discurso, al vínculo social en el que su deseo se ponga en juego.
Y para terminar, el analista no hipnotiza ni da consejos sabios, ni cuenta su vida a los pacientes; el analista no es un amigo, un curandero, ni un brujo, ni tiene la bola de cristal, ni es un Oráculo…
Hoy iba a escribir sobre otra cosa, pero dado que cada vez más estamos rodeados por ofertas de tratamientos «alternativos» que pululan por la red, que rozan lo irrisorio, creo que hay que dejar claras algunas cosas.
Porque si existen es que hay gente que cree en ello, y ¿quién soy yo para determinar en qué tiene que creer la gente?
Luego, que cada uno elija…por supuesto.
El análisis no va de suyo, el querer saber no va de suyo, algo tiene que pasar para que esa pregunta, la más singular, se abra…Y luego querer saber sobre ello.
No va de suyo.